La fiscal estatal de Florida, Ashley Moody, presentó el pasado martes una queja formal contra la administración federal de Joe Biden y Kamala Harris. En su demanda, Moody acusa a la administración de no proporcionar información sobre las políticas que permiten la liberación de "inmigrantes criminales" desde las cárceles estadounidenses.
Reclamaciones sin respuesta
Según reporta Efe, esta demanda es el resultado de la falta de respuesta a una solicitud formal realizada en marzo pasado por Florida. En dicha solicitud, se exigía conocer las razones que impiden la deportación de inmigrantes que han cumplido su condena en las cárceles del país. La fiscal asegura que, una vez que estos "inmigrantes ilegales peligrosos" salen de prisión, no son deportados a sus países de origen.
"Exigimos saber las razones por las que la Administración de Biden está liberando a extranjeros ilegales criminales en prisiones estadounidenses directamente al interior, en lugar de deportarlos de regreso a su país de origen", expresó Moody en su comunicación de marzo. La fiscal también alegó que la administración federal tiene conocimiento pleno de la entrada de prisioneros de otros países a través de la frontera con México.
Además, Moody ha señalado que, hasta la fecha, no ha recibido una respuesta satisfactoria, amparada en la Ley de Libertad de Información (FOIA, por sus siglas en inglés). Esto, según ella, refleja que desde la Casa Blanca no entregarán documentos que detallen este "plan peligroso e ilegal" de manera oportuna.
Supuestos casos y controversias
Moody también pide acceso a los registros que justifiquen la negativa de las autoridades del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) y el buró federal de prisiones en cuanto a la custodia de los inmigrantes liberados. Citó como ejemplo la supuesta toma de control de un complejo de apartamentos en Colorado a manos de la pandilla transnacional Tren de Aragua. Este hecho ha sido desmentido por la Policía local, aunque no se negó la existencia de este tipo de elementos criminales.
En medio del período electoral en Estados Unidos, la migración ha sido un punto clave entre los dos candidatos a la Casa Blanca, Kamala Harris y Donald Trump. El Partido Republicano aprobó en julio pasado un programa electoral que contempla la mayor deportación de migrantes en la historia del país si su candidato, Trump, gana las elecciones presidenciales del próximo 5 de noviembre.
A comienzos de mayo, el expresidente ya había anticipado que llevará a cabo la mayor operación de deportación si resulta elegido. Incluso, Trump ha acusado, sin ofrecer pruebas oficiales, al presidente de El Salvador, Nayib Bukele, de enviar criminales a Estados Unidos como parte de su estrategia para reducir la delincuencia en la nación centroamericana.