Tres migrantes cubanos han sido expulsados de la región rusa de Tver, ubicada en la zona del curso alto del río Volga, en el oeste del país. Todos ingresaron a Rusia entre 2021 y 2022, y se quedaron residiendo allí de manera ilegal, según informó el 30 de agosto el diario www.abnews.ru.
Los tres detenidos fueron declarados culpables de violar el inciso 1.1 del artículo 18.8 del Código de Infracciones Administrativas de la Federación Rusa y condenados a pagar una multa de 2.000 rublos (equivalente a 20 euros). Ninguno de ellos recurrió la decisión y las sanciones se hicieron efectivas.
Operativos y nuevas leyes migratorias en Rusia
Las autoridades rusas están llevando a cabo redadas en el distrito municipal de Udomelsky, en la región de Tver, y deportando "por la fuerza" a los cubanos que residen ilegalmente en este importante centro industrial y de transporte de Rusia.
A principios de agosto, el presidente Vladimir Putin firmó una nueva ley de inmigración que pone a los extranjeros residentes en Rusia bajo mayor control. La normativa establece la creación de un registro de personas controladas que será utilizado por el Ministerio del Interior y el Gobierno. Previsiblemente, los cubanos que se encuentran en este país se verán afectados por esta legislación que detalla las obligaciones que deben cumplir los extranjeros que quieran residir en Rusia.
La versión oficial indica que la ley pretende presionar a los extranjeros que permanecen ilegalmente en el país a regularizar su estatus migratorio. Para ello, deberán abstenerse de participar en actividades que perjudiquen a Rusia, respetar la Constitución y las leyes vigentes, así como el medio ambiente, los recursos naturales, los valores materiales y culturales, y la diversidad regional y etnocultural del país.
También se obliga a respetar "los valores morales rusos", a no hacer propaganda de la homosexualidad y a respetar la historia del "pueblo soviético" en su lucha contra el fascismo.
Las deportaciones afectan a las personas que no residen legalmente en el país, ya sea tras concluir el plazo de estancia temporal, la expiración de los documentos migratorios, la anulación del permiso de estancia temporal o de residencia, o tras la comisión de un delito.
Además, a los extranjeros se les limita, con esta nueva norma, la movilidad por el territorio ruso o cambiar de residencia sin permiso del Ministerio del Interior. Tampoco podrán casarse, registrarse como trabajadores autónomos, abrir cuentas bancarias, obtener créditos o realizar transferencias de dinero, excepto para adquirir productos alimenticios por un monto máximo de 30.000 rublos mensuales (aproximadamente 350 dólares o 320 euros) y para comprar boletos que les permitan salir del país.
La Policía rusa está autorizada a ingresar en domicilios y otros establecimientos donde sospechen que se encuentran migrantes en situación irregular. Asimismo, tendrá la potestad de deportar a ciudadanos extranjeros sin necesidad de un proceso judicial.
En abril de este año, un grupo de cubanos fue expulsado de Rusia a raíz de los llamados de Putin para contener la emigración ilegal en respuesta al atentado terrorista cerca de Moscú el pasado 22 de marzo. Entre ellos, una mujer cubana y sus hijos menores de edad fueron detenidos a 3.600 metros de la frontera estatal de la Federación de Rusia y expulsados. Por esa misma fecha, un turista cubano fue detenido en Ivanovo, y tras constatar que había violado el periodo de estancia en el país, fue multado y expulsado de Rusia.