El régimen cubano rechazó a un exagente de la Seguridad del Estado que fue deportado desde Estados Unidos y lo envió de vuelta a Miami en el mismo avión en que viajó a La Habana. Saul Santos Ferro, de 78 años, formaba parte del grupo de 48 cubanos devueltos a Cuba el martes pasado. Pero el gobierno cubano no lo aceptó y ahora se cree que estaría viviendo en libertad en Miami.
Santos Ferro fue condenado en 2019 a seis meses de prisión por mentir ante las autoridades migratorias para obtener la visa de residente permanente en Estados Unidos, y se ordenó su deportación. Después de ejercer durante décadas como jefe de la Seguridad del Estado en San Cristóbal, provincia de Artemisa, obtuvo una visa de visitante en La Habana y viajó a Estados Unidos en 2012. Al año siguiente solicitó la residencia permanente por la Ley de Ajuste Cubano, y fue cuando tergiversó la información sobre sus relaciones con el régimen, ya que negó haber estado involucrado en alguna organización o actividad policial, o haber trabajado en prisiones o centros de detención.
Un represor identificado y condenado
El abogado de Inmigración Santiago Alpízar recordó a America TeVe que Santos Ferro es el primer represor identificado por sus víctimas en el exilio, que fue condenado en Miami por mentir a las autoridades migratorias estadounidenses sobre su pasado y deportado a la Isla. "Aquí vive todavía entre nosotros alguien que cometió serias violaciones de derechos humanos en Cuba, que fue sancionado por una corte federal por haber mentido en aplicaciones y solicitudes de beneficiarios de Inmigración y que además de eso fue sancionado a ser expulsado del país. Sin embargo, todavía esa sentencia no ha sido ejecutada", cuestionó.
Santiago Alpízar es el vicepresidente de las organizaciones Cubademanda y Cuba Represión ID, que denunciaron al exoficial del régimen ante el FBI, después de que varias de sus víctimas lo reconocieron hace algunos años en un mercado en Miami. Gracias a ello, el represor fue arrestado en febrero de 2019. Meses después fue juzgado y condenado por un juez del Distrito Sur de la Florida, además de los seis meses de prisión, a dos años de probatoria y una restitución de más de 12 mil dólares.
Para entonces ya él se había declarado culpable ante un tribunal federal de Miami y admitió que fue militar en Cuba, aunque aclaró que cuando viajó a Estados Unidos estaba retirado y trabajaba por su cuenta. Tras conocerse la sentencia, una de sus víctimas, residente en Miami, relató a América TeVe las torturas y el maltrato que sufrió a manos de Santos Ferro cuando estuvo preso en Cuba.
"Estuve 10 años preso porque me acusaron de asociación ilícita, propaganda enemiga y querían aplicarme también cargos de sabotaje, pero no pudieron", aseguró Martín Izaguirre García. "Dentro de la cárcel tuvimos represiones por parte de los carceleros, porque la Seguridad del Estado manda que te hostiguen. No me gusta hacer leña del árbol caído, sé lo que es estar preso pero él fue uno de los causantes. Me hizo mucho daño, mandó a que me hicieran cosas, martirizó a mi familia. Todo lo que pasó fue un crimen contra mi persona", denunció.