El exministro de Economía de Cuba (1995-2009), José Luis Rodríguez García, ha afirmado que la isla ha perdido más de 4,000 millones de dólares en ingresos externos entre 2019 y el primer semestre de 2024, empeorando la ya frágil situación económica del país.
El actual investigador del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM) publicó un análisis en la revista El Economista donde señala que la economía cubana sufrió un retroceso significativo en 2023, con una disminución del PIB de -1.9%. Este declive se atribuye tanto a factores externos como el embargo económico estadounidense, la pandemia de COVID-19 y la volatilidad en los precios mundiales de los alimentos y el petróleo, como a errores internos en la gestión económica del país.
Un panorama sombrío
Rodríguez García concluye que la normalización de la economía cubana parece lejana, con estimaciones de crecimiento que apenas alcanzaron el 2% en 2023 y una estimación del 3% para 2024. Explica que la persistencia del embargo, junto con las consecuencias de la pandemia y los desafíos internacionales, como la guerra en Ucrania y las tensiones en Medio Oriente, continúan impactando negativamente a Cuba, especialmente en sectores clave como el turismo y las exportaciones de níquel y azúcar.
La crisis económica en Cuba ha sido tratada con diferentes eufemismos a lo largo de los años. En abril pasado, el Consejo de Ministros y el primer ministro cubano Manuel Marrero Cruz aseguraron que "en medio de las dificultades económicas que atraviesa el país", "es verdad que no se podrán lograr los mejores niveles productivos, ni de rendimiento, pero sí es posible ir avanzando si explotamos al máximo la inteligencia colectiva".
Hablaban de una posibilidad que, aunque ellos manifiesten lo contrario, es una quimera ante un escenario plagado de escasez, descontento y sin una mejora próxima. El economista cubano Pedro Monreal desmontó varias de las expresiones que salieron de ese consejo, y concluyó que "la información oficial sobre la reciente reunión del Consejo de Ministros de Cuba confirma el agravamiento de la crisis económica, la carencia de políticas efectivas, la prevalencia de la retórica sobre el realismo, y una desfasada visión sobre el sector agropecuario".