Con la entrada en vigor este lunes del Parole in Place, un nuevo programa migratorio que ofrece una oportunidad para que algunos cónyuges de ciudadanos estadounidenses sin permiso de residencia legalicen su estatus sin necesidad de salir del país, también han surgido dudas sobre quiénes son elegibles y los riesgos en caso de que Trump gane la presidencia en noviembre.
¿Quiénes califican?
El nuevo programa ofrece la oportunidad de eliminar la amenaza de deportación y acceder eventualmente a la ciudadanía para miles de personas, lo cual no es poca cosa. Para ser elegibles, los solicitantes deben haber estado en Estados Unidos de manera continua durante al menos 10 años, no representar un peligro para la seguridad, no tener antecedentes penales que los descalifiquen y estar casados con un ciudadano estadounidense con fecha anterior al 17 de junio de este año.
Los solicitantes deberán pagar una tarifa de 580 dólares y completar un formulario (I-131F) que incluya la explicación de por qué merecen el parole, además de una extensa lista de documentos que confirmen que el solicitante ha estado de forma continua en el país. Si la solicitud es aprobada por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), los peticionarios tendrán tres años para alcanzar la residencia permanente y durante ese período podrán obtener autorización para trabajar.
La Casa Blanca estima que aproximadamente 500,000 personas podrían ser elegibles para este programa, además de unos 50,000 de sus hijos. Anteriormente, obtener la residencia para aquellos que estaban en el país de manera ilegal tras casarse con un ciudadano estadounidense era un proceso complejo y riesgoso, que a menudo implicaba regresar a su país de origen sin la certeza de poder regresar a Estados Unidos.
Posibles riesgos
Sin embargo, junto al entusiasmo, también surgen dudas sobre quiénes podrán beneficiarse y si este programa sobrevivirá a las futuras elecciones presidenciales. Desde el anuncio del programa, ha habido un gran interés a nivel nacional por parte de parejas que buscan verificar si son elegibles y grupos pro-inmigrantes han estado trabajando para ayudar a las personas a entender el programa. Sin embargo, también hay un gran escepticismo.
Activistas y abogados están evaluando con los solicitantes si aplicar al programa representa un riesgo, teniendo en cuenta las posibles demandas republicanas y la incertidumbre sobre la continuidad del programa en caso de que Donald Trump, quien ha prometido deportar a millones de inmigrantes, regresa a la Casa Blanca.
Karla Aguayo, directora de servicios legales de la Coalition for Humane Immigrant Rights en Los Ángeles, indicó que muchas de las personas que acuden para obtener ayuda no califican debido a que en algún momento regresaron a su país de origen, lo que los descalifica para el programa. Charles Kuck, un abogado de inmigración con sede en Atlanta, advierte sobre los riesgos de aplicar a este programa, especialmente para aquellos inmigrantes que no están en el radar del gobierno.
"¿Hay un riesgo asociado con esto? 100 por ciento", afirmó Kuck, quien cree que este tipo de programa debería haberse implementado hace algunos años, no meses antes de una elección presidencial.
En resumen, aunque el nuevo programa de Biden ofrece una oportunidad única para que muchos cónyuges de ciudadanos estadounidenses regularicen su estatus sin salir del país, el futuro del programa no deja de estar marcado por incertidumbres políticas y legales.