Isauri Aguilar Leyva era el único hijo de su familia y fue asesinado a sus 20 años en una pelea en Holguín que él no provocó. "Fue a defender a un compañero. No llevaba armas ni nada. Era un niño tranquilo y muy noble", comenta una persona cercana al fallecido. Dos meses después del trágico incidente, aún no hay fecha para el juicio. El asesino ha sido identificado y está en prisión, pero la justicia aún no se ha pronunciado.
Aguilar Leyva residía en el reparto Harlem de Holguín, también conocido como El Guarro, y rara vez salía de su casa. Quienes lo conocieron lo describen como una persona pacífica, que pasaba el día jugando con su celular. El 5 de junio, la madre de Isauri se fue a trabajar, como de costumbre, a un restaurante de Holguín, donde es dependienta. A las nueve de la noche recibió una llamada urgente que le informaba que su hijo había tenido un problema y que debía acudir al hospital. Al llegar, lo encontró muerto. Ella no sabía qué había sucedido.
Un día fatídico
Al día siguiente, la familia se enteró de que alrededor de las 17:44 horas del 5 de junio, la abuela de Isauri escuchó a su nieto hablando por teléfono. Cuando le preguntó qué estaba ocurriendo, el joven se negó a decirle nada, respondiendo que "era privado". Poco después, a las 18:00 horas, como es habitual, se fue la luz. La abuela, que rara vez se baña temprano, decidió hacerlo antes del apagón.
Siempre que se iba la luz, Isauri se sentaba con una amiga en un parque frente a su casa. Allí también se encontraba con un muchacho del barrio, a quien conocía pero no era su amigo cercano. Fue este joven quien lo llamó por el móvil, pidiéndole que lo defendiera de otro joven, conocido como "del Viña". Aguilar Leyva, más prudente, le dijo que lo dejara. Su "amigo" buscó a otro y un arma. Así comenzó la trágica pelea en el parquecito.
Cuando Aguilar Leyva llegó al lugar, le dijeron que si no se sumaba a la bronca, "era un cobarde". Presionado, se unió. Un vecino que lo vio intentó convencerlo de no involucrarse, diciéndole: "Ven acá, no te metas en problemas que no son tuyos". Aguilar Leyva respondió que solo iba a llegar a la esquina, pero lo cierto es que junto al resto, llegaron hasta el barrio del agresor, donde se encontraron con varios muchachos armados.
Aguilar Leyva y otro joven intentaron huir al ver a tanta gente tras ellos. En ese momento, una patrulla policial pasó y disolvió la pelea. Sin embargo, según fuentes cercanas a la Policía política, los agentes estaban en el barrio por otro motivo. Al ver a los agentes, Isauri y su acompañante corrieron y quedaron atrapados en un callejón sin salida. Se refugiaron en una casa, cuyo dueño, al ver a dos extraños, intentó ayudarlos, pero no logró detener al asesino.
Isauri le imploró a su asesino que lo dejara irse. "Dos veces se levantó el 'pulóver' para demostrar que no iba armado. El asesino hizo como que se iba y en ese momento, Isauri se asomó para verificar si se había ido, pero fue entonces cuando el asesino le clavó el cuchillo en el pecho, presionado por otro que le reprochó que cómo se iba a ir sin pincharlo".
Isauri Aguilar Leyva llegó muerto al hospital. Su madre y su abuela están devastadas. La investigación sigue su curso, pero no hay fecha para la celebración del juicio. El joven noble y tranquilo que pasaba los días jugando con su celular está muerto. El asesino, de 19 años, está en la cárcel. Se espera que caiga sobre él todo el peso de la ley, aunque el juicio no ha sido tan rápido como aquellos por delitos políticos en Cuba.
Nada devolverá a Isauri a sus familiares, pero su entorno está convencido de que la violencia en Cuba "tiene que parar". Juicios ejemplarizantes pueden ayudar a evitar tragedias similares, como la del joven de Camagüey, Usielito Quesada Florat, quien falleció de una puñalada por la espalda esta semana, asesinado por un joven que estaba de pase de la prisión por otro homicidio.
Esta semana, las autoridades cubanas también investigan la muerte de un joven de 20 años en Baracoa, encontrado muerto mientras hacía guardia en una prisión de Guantánamo. La familia duda de la versión oficial de que se ahorcó con un cinto, teniendo un AKM en las manos y pudiendo haberse disparado.
El pasado viernes, en Sancti Spiritus, un joven identificado como Hansel fue asesinado, aunque aún no han trascendido detalles del crimen. Estos hechos ocurren en medio de una escalada de violencia en Cuba. Solo en julio, el Observatorio Cubano de Conflictos ha contabilizado extraoficialmente 18 muertes violentas en el país.
Aumento de la criminalidad en Cuba
El think tank Cuba Siglo XXI ha identificado 2023 como el año en que el régimen reconoció la criminalidad como un problema en la Isla, siendo los meses de julio y junio los más violentos. "De los 649 crímenes reportados, 265 fueron robos, 199 personas fueron asesinadas en 197 incidentes y 124 personas sufrieron asaltos", señala el informe al que ha tenido acceso CiberCuba.
Según el Observatorio Cubano de Auditoría Ciudadana (OCAC), entre enero y junio de 2024 se registraron un total de 432 delitos, lo que representa un promedio diario de 2.37 crímenes, marcando un aumento del 152% en comparación con el mismo período de 2023 (1.82 crímenes diarios en 2023). El análisis muestra un "preocupante aumento" en delitos violentos en el primer semestre de este año, destacando un crecimiento del 111% en los asesinatos, un 290% en agresiones y un 208% en robos.
El OCAC atribuye este incremento de la criminalidad a la descapitalización y desprofesionalización de la Policía; a cambios en los valores sociales y culturales, y a "una creciente percepción de impunidad y corrupción dentro del sistema judicial cubano". Ante esta situación, "hace un llamado urgente a las autoridades cubanas para abordar de forma transparente esta preocupante situación".