La Unión Europea (UE) ha manifestado su profunda preocupación por el panorama resultante de las elecciones presidenciales en Venezuela del pasado 28 de julio, advirtiendo al régimen de Nicolás Maduro sobre la represión de manifestantes. El Alto Representante de la UE, el español Josep Borrell, emitió una declaración subrayando que los informes de las misiones internacionales de observación electoral indican que estos comicios no cumplieron con las normas internacionales de integridad electoral.
“A pesar de su compromiso, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE) aún no ha publicado las actas de votación de los colegios electorales. Sin pruebas que las respalden, los resultados publicados el 2 de agosto por el CNE no pueden reconocerse”, indicó Borrell. Apremiando al régimen de Maduro a publicar las actas de votación, la declaración sostuvo que “cualquier intento de retrasar su publicación completa solo arrojará más dudas sobre la credibilidad de los resultados publicados oficialmente”.
El papel de la oposición y la comunidad internacional
En ese sentido, destacó la estrategia seguida por la líder María Corina Machado de publicar las actas en poder de la oposición (más del 80%), las cuales han sido revisadas por diversas organizaciones independientes, indicando una victoria significativa de Edmundo González Urrutia. Por este motivo, la UE solicitó una mayor verificación independiente de los registros electorales, llevada a cabo por una entidad de reputación internacional.
La declaración de la diplomacia europea surge en un contexto de creciente tensión y protestas en Venezuela. La UE insistió en la importancia de que las autoridades, incluidas las fuerzas de seguridad, respeten plenamente los derechos humanos y las libertades de expresión y reunión.
“La Unión Europea está seriamente preocupada por el creciente número de detenciones arbitrarias y el continuo acoso a la oposición. La Unión Europea pide a las autoridades venezolanas que pongan fin a las detenciones arbitrarias, la represión y la retórica violenta contra los miembros de la oposición y la sociedad civil, y que liberen a todos los presos políticos”, exhortó el Alto Representante.
Este posicionamiento de la UE se suma a otras reacciones internacionales. Estados Unidos reconoció a González Urrutia como el ganador legítimo de las elecciones. Por su parte, países como Argentina, Uruguay, Ecuador y Costa Rica han expresado su apoyo al diplomático opositor. España y otros seis países europeos firmaron una declaración conjunta pidiendo las actas de Venezuela.
Por su parte, el Centro Carter denunció la falta de integridad en el proceso electoral, subrayando las irregularidades y problemas significativos. La oposición, liderada por figuras como Machado, ha estado publicando las actas de votación en su poder para respaldar sus afirmaciones de fraude electoral. La UE y otros actores internacionales siguen de cerca la situación en Venezuela, presionando para que se garantice la transparencia y se respete la voluntad del pueblo, concluyó la declaración.
La reacción de Maduro
Tras la declaración del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Maduro dijo este domingo que la Unión Europea y Josep Borrell, son una “vergüenza”, según El Diario.
“La Unión Europea saca su cantaleta, la misma Unión Europea que reconoció a (Juan) Guaidó. Una vergüenza la Unión Europea, el señor Borrell es una vergüenza, es una vergüenza que llevó a Ucrania a una guerra y ahora se lava las manos”, expresó el mandatario en un acto con la Guardia Nacional Bolivariana, cuerpo de policía militarizada protagonista de la represión en Venezuela.
Maduro criticó que la UE pidiera a las autoridades respeto para los manifestantes. “Ahora dice que en Venezuela hay represión a manifestaciones pacíficas, dice el señor Borrell ¿Pacíficas? ¿Cuándo agreden a la población, hospitales, escuelas, unidades autobuseras, estaciones del metro?”, cuestionó.
La Unión Europea y las relaciones con el régimen de Maduro
La Unión Europea, una potencia mundial percibida como actor internacional sin herramientas eficaces para proyectar su poder, ha sido crítica desde sus inicios con el régimen de Nicolás Maduro, heredado tras la muerte del líder bolivariano Hugo Chávez. Al mismo tiempo que ha señalado la violación de derechos y libertades fundamentales de los venezolanos, la UE se ha mostrado siempre dispuesta al diálogo y la negociación con las autoridades del régimen para conseguir garantías que permitan a los venezolanos ejercer sus derechos y expresar su voluntad como soberano.
Sin embargo, adiestrados en la diplomacia de La Habana, los jerarcas del régimen de Maduro han sabido utilizar esa predisposición natural de la UE para reforzar y perpetuar su poder dictatorial, dilatando procesos negociadores a la larga estériles.
En mayo de 2018, la entonces Alta Representante de la UE para la Política Exterior, Federica Mogherini, afirmó que las elecciones en las que Maduro resultó reelecto con un alto nivel de abstencionismo habían estado plagadas de "irregularidades". En un comunicado, la funcionaria destacó que "los comicios presidenciales y regionales (en Venezuela) se desarrollaron sin un acuerdo nacional sobre un calendario electoral y sin cumplir con los estándares internacionales mínimos para un proceso creíble".
"Grandes obstáculos a la participación de los partidos políticos de oposición y sus líderes, una composición desequilibrada del Consejo Nacional Electoral, condiciones electorales sesgadas, numerosas irregularidades reportadas durante el día de las elecciones, incluida la compra de votos, obstaculizaron unas elecciones justas y equitativas", enumeró Mogherini.
En enero de 2019, Mogherini instó a Venezuela a celebrar elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles para escoger un gobierno que representara realmente la voluntad de sus ciudadanos. "Si no hay un anuncio sobre la organización de nuevas elecciones con las garantías necesarias en los próximos días, la UE adoptará más medidas, incluido en lo referente al reconocimiento del liderazgo del país en línea con el artículo 233 de la Constitución venezolana", afirmó Mogherini en un comunicado.
En diciembre de 2020, la UE cuestionó la legitimidad de las elecciones parlamentarias celebradas en Venezuela, en las que el gobernante partido socialista logró el control del congreso. Afirmando que los mismos no fueron libres y justos, el bloque europeo rechazó el resultado y pidió a Maduro que trazara un camino hacia la reconciliación nacional. "Los resultados no pueden ser reconocidos por la Unión Europea", declaró el ya entonces Alto Representante, Josep Borrell.
En febrero de 2022, la UE impuso sanciones a 19 altos funcionarios venezolanos, legisladores y miembros de las fuerzas de seguridad en respuesta a las elecciones legislativas de diciembre que, según el bloque, estaban amañadas a favor de Nicolás Maduro. Con ellos, el número total de venezolanos incluidos en la lista negra de la UE se elevó a 55 funcionarios del régimen. En Caracas, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, rechazó las nuevas sanciones.
"Señalar con falsos argumentos a ciudadanas y ciudadanos honorables, como reacción ante la frustración de un grupo de estados miembros de la Unión Europea por la manifiesta ineficacia de sus acciones para forzar un cambio de gobierno por la fuerza en Venezuela, no es más que otra torpe decisión", dijo el ahora Ministro de Comunas y Movimientos Sociales.
En octubre de 2021, el régimen venezolano calificó de "pretensión injerencista" la misión de observación electoral de la UE durante los comicios del país en noviembre de ese año, luego de que Borrell asegurara que auditarían el proceso y que la misión observadora europea sería la mayor garantía para la oposición en las elecciones. "El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela ratifica que no aceptará injerencismo alguno, y que una Misión de Observación electoral con las características descritas por el señor Borrell, no será aceptada por nuestro país", dijo el comunicado divulgado por la cancillería venezolana en Twitter.
Después de celebradas las elecciones, Maduro acusó de "espías" a los miembros de la Misión de Observación Electoral de la UE que los supervisaron, y agregó que su informe preliminar busca "manchar" los comicios. La misión de la UE presentó un documento sobre las elecciones en el que dijo que hubo mejores condiciones que en contiendas anteriores, pero se registraron situaciones arbitrarias como inhabilitaciones de candidatos, retrasos en la apertura y cierres de mesas en centros de votación, así como el "extendido uso de recursos del Estado en la campaña".
"Buscaron en un informe lleno de improvisaciones y mal redactado, tratar de manchar el proceso electoral y no pudieron. Una delegación de espías, no eran observadores, andaban por el país desplegados libremente espiando la vida social, económica y política del país", dijo el mismo gobernante que viene amañando todos los procesos electorales desde su llegada al poder en marzo de 2013.