Kamala Harris se convirtió formalmente en la candidata demócrata a la Presidencia de Estados Unidos para las elecciones de noviembre, luego de que Joe Biden se retirara de la carrera y ella alcanzara el apoyo de 2,350 delegados, lo requerido para la nominación.
"Es un honor para mí ser la candidata demócrata a la presidencia de los Estados Unidos. Aceptaré oficialmente la nominación la próxima semana", afirmó en su cuenta de X. Tras publicar un enlace para que los electores puedan donar para su campaña, dijo que la misma "trata sobre personas que se unen, impulsadas por el amor a la patria, para luchar por lo mejor de lo que somos".
Apoyo unánime
El viernes por la tarde, Harris aseguró el apoyo de 2,350 delegados, con lo que alcanzó el umbral requerido para obtener la nominación demócrata y ahora se enfrentará a su rival republicano Donald Trump. "Estamos en esto, estamos en el camino y no será fácil, pero lo lograremos.", dijo en una breve comunicación.
En total, los demócratas han informado que 3,923 delegados –o el 99% de los participantes– planean votar por ella hasta el lunes, cuando finalmente ella deberá aceptar la nominación.
Desafíos logísticos
Si bien los candidatos suelen ser ungidos en las convenciones de sus partidos, la nominación de Harris debió hacerse esta semana porque la fecha relativamente tardía de la Convención Nacional Demócrata de 2024 –del 19 al 22 de agosto– corre el riesgo de incumplir con las leyes estatales de acceso a las boletas.
Harris, de 59 años, nació en Oakland, California, y es la primera candidata demócrata en la historia de casi 200 años del partido que proviene de un estado occidental.