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Crece en París el legado de Karel Negrete Vázquez, exbaloncestista cubano

jueves, 25 de julio de 2024 por Ramón Reyes

Crece en París el legado de Karel Negrete Vázquez, exbaloncestista cubano
Karel Negrete Vázquez - Imagen de © Cortesía del entrevistado

Nunca había tenido la oportunidad de entrevistar a alguien que viviera en París, la "Ciudad Luz" que se prepara para ser la capital mundial del olimpismo. Y, como caído del cielo, me encontré con Karel Negrete Vázquez, un exbaloncestista y amigo de mi querido Lieter Ledesma.

Karel es hijo de Georgina Vázquez Payrol, destacada jugadora del seleccionado nacional de baloncesto en la década del 70. Le pregunté si ser hijo de una grande del básquet cubano lo impulsó a la práctica del deporte de las cestas. "Realmente, yo nací bañado en el mundo del deporte; mi mamá, como ya mencionabas, fue integrante de la selección nacional de baloncesto que participó, entre otros eventos, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Panamá 70 y los Panamericanos de Cali 71. Además, mi papá es el conocido Dr. Eduardo Negrete Torres, ex corredor de 800 metros en la época de Juantorena y uno de los médicos deportivos más reconocidos en Cuba. Así que, en efecto, ellos influyeron mucho en mi vocación deportiva."

Le pregunté sobre su actual panorama en París. "Como dices, estudié Derecho en la Universidad de La Habana, luego trabajé como profesor universitario en Teoría Política y Filosofía Política en la facultad de Economía y Comunicación Social. En 2008 conocí a mi esposa Naiara; ella es francesa. Después de dos años de ir a Cuba, nos casamos y vivimos en París desde 2010."

Un nuevo comienzo en Francia

En Francia, Karel realizó un máster en Literatura y se convirtió en profesor de Literatura Española. Además, pasó una formación federal para entrenador de baloncesto y retomó su pasión. "Empecé como jugador y después me propusieron un puesto de entrenador. Me formé como técnico aquí en Francia y tengo un diploma de entrenador regional de baloncesto; es decir, que puedo entrenar hasta el nivel regional. Hace más de 10 años entreno clubes en París con buenos resultados, siendo el mejor de ellos ser campeón municipal en la categoría 14-15 años."

El baloncesto en París es muy popular, solo superado por el fútbol y el rugby. "He tratado de aprender del deporte francés, que es muy diferente al nuestro. En Cuba, si nos decían que teníamos que tirarnos a buscar la pelota al suelo de cemento, no lo pensábamos dos veces. Aquí tienen todas las condiciones y los recursos, aunque en varias ocasiones me he visto en la situación de pagar con mi salario la licencia de jugadores que no tienen dinero."

La familia crece

Karel y Naiara han formado una familia en Francia. "Tenemos dos niños: Diego, de 8 años, y Anna, de 6. Diego quería practicar fútbol porque todo el mundo lo llamaba Diego Maradona, pero cuando vio que el fútbol era muy duro, enseguida me dijo que quería hacer básquet. Anna está en gimnasia, vamos a ver si continúa."

Al hablar sobre los deportistas cubanos que representarán a otros países en los próximos Juegos Olímpicos, Karel es claro: "Siempre los apoyaré a todos. Un cubano es cubano donde quiera que esté. Ver a los deportistas con la bandera de Cuba es una emoción, y con otras banderas, igual."

Karel critica las limitaciones que enfrentan los atletas cubanos y sugiere que se podrían firmar contratos o crear impuestos para los premios de los atletas de alto rendimiento, de manera que ese dinero vaya a las escuelas y instalaciones deportivas. "Muchos atletas quisieran competir bajo la bandera cubana sin que les limiten su carrera deportiva. El deporte hoy es uno de los sectores más monetizados y con más movilidad."

Para Karel, el conflicto entre quién eres y de dónde vienes está superado. "El capital cultural y formación que poseemos nos da una ventaja en la migración. Yo me construí hasta los 27 años en Cuba, mi personalidad, mi cultura y mi formación son cubanas."

Espera que los atletas cubanos en París muestren su fuerza de voluntad y superen todos los obstáculos. "El equipo nacional de boxeo francés hace sus estancias de entrenamientos en Cuba. Esto no significa que esté bien pasar trabajo, solo que las condiciones crean al ser humano. Las condiciones de vida también son importantes. Es muy difícil competir pensando en que tienes que vender cosas para tener dinero para la familia."

Finalmente, Karel reflexiona sobre su infancia deportiva y cómo la formación en Cuba, aunque dura, le dio herramientas valiosas. "Mi mamá siempre me apoyó en mis andadas por varios deportes. Practiqué judo, kárate, natación y esgrima. Mi pasión por el baloncesto comenzó a los 11 años, aunque fue una carrera corta."

Karel destaca que en las décadas de los 70, 80 y parte de los 90, las condiciones para el deporte masivo en Cuba eran una bella realidad. "Una especialidad tan costosa como la esgrima podía practicarse a nivel de escuelas, algo que ahora es difícil incluso en el equipo nacional."

Al recordar su transición al baloncesto, Karel comenta que era alto y aprendió rápido, lo que le permitió integrarse en equipos competitivos. "Participamos en los inter-escuelas e integré el equipo Plaza de la Revolución. Fue ahí donde verdaderamente comenzó mi pasión por el baloncesto."

A pesar de las dificultades, Karel logró representar a Cuba en competiciones internacionales, como el Panamericano Infantil en Lima, Perú, donde ganaron medallas de plata. "Fue un momento cumbre del baloncesto cubano y los buenos resultados de esos años lo prueban."

Sin embargo, su sueño de llegar al equipo grande se truncó por su estatura. "No crecí más y no cumplía con el 'prospecto de jugador' que buscaban. Decidí concentrarme en mis estudios y accedí a la carrera de Derecho en la Universidad de La Habana."

Ahora, con la satisfacción de vivir en una ciudad olímpica, Karel espera transmitir su amor por el deporte a sus hijos. "Tener la oportunidad de estar en París para los Juegos Olímpicos es un privilegio; la realización de un sueño."