El régimen del dictador Daniel Ortega ha vuelto a negar la entrada a Nicaragua a otro opositor cubano. Esta vez, el afectado es el activista y periodista independiente Yoel Acosta Gámez, quien junto a su esposa, Alisanni Lores Furones, se disponía a viajar al país centroamericano desde Uruguay.
La organización no gubernamental (ONG) Cubalex denunció en sus redes sociales la prohibición impuesta por las autoridades de Migración de Nicaragua, un estrecho aliado del régimen de La Habana. "El activista informó a Cubalex que compraron los pasajes con tres meses de antelación y tenían un vuelo programado para hoy [sábado 20 de julio] a las 4 de la madrugada hacia Nicaragua, con salida desde Uruguay y una escala en Panamá", precisó la organización.
El opositor, víctima de presiones de la Seguridad del Estado en Cuba para abandonar la Isla, recibió un correo electrónico horas antes de abordar el vuelo, en el que las autoridades nicaragüenses le notificaban que, tanto él como su esposa, no estaban autorizados a viajar a ese país. "Según informó Acosta Gámez, pudo confirmar a través de fuentes de Migración que su nombre aparece en una lista de personas reguladas por los gobiernos de Cuba y Nicaragua, y por ese motivo se le niega la entrada", señaló Cubalex.
La pareja, que vendió todas sus pertenencias para emprender la travesía hacia Estados Unidos, perdió el dinero de los pasajes y la aerolínea Copa Airlines negó cualquier responsabilidad en la devolución, argumentando que la denegación fue una decisión directa del régimen nicaragüense.
En una grabación enviada a la citada ONG, el periodista independiente alertó sobre la complicidad del régimen de Ortega con la dictadura cubana al negar la entrada a activistas, periodistas independientes y opositores, como represalia por su labor en defensa de los derechos humanos. Asimismo, denunció que su vida y la de su esposa corren peligro debido a las amenazas recibidas tras su salida forzada de Cuba, incluida la prohibición de regresar al país bajo la advertencia de ser encarcelados.
Un patrón preocupante
El caso de Acosta Gámez no es aislado. En los últimos treinta días, otros dos activistas cubanos han sido rechazados en Nicaragua. El 14 de junio, el opositor cubano Bárbaro de Céspedes denunció que la Seguridad del Estado le impidió salir del país hacia Nicaragua, evidenciando una complicidad entre los gobiernos de ambos países para reprimir a los activistas cubanos.
"La Seguridad del Estado ha tratado de hacerme la vida imposible en Cuba, a mi familia y a mí. Tomé la decisión más difícil de mi vida, emigrar de este país que amo y defiendo. No es por temor a la muerte, ya yo no tengo vida, sino por no causar una molestia a mi familia", dijo el opositor. Pese a haber pagado un costoso vuelo con varias escalas, no le permitieron subir al avión.
Días más tarde, el régimen de Ortega también negó la entrada a Nicaragua al opositor cubano Ramón Fuentes Lemes, quien fue devuelto a la isla sin explicaciones desde Bogotá, donde esperaba abordar un vuelo con destino a Managua. Fuentes Lemes, quien vendió su vivienda para adquirir los pasajes, relató a Cubanet que un empleado de la aerolínea Avianca le informó que las autoridades nicaragüenses negaban su entrada.
La "arma migratoria" de Ortega
Analistas indican que el régimen de Ortega utiliza la situación migratoria como una herramienta política y económica. Nicaragua se ha convertido en un punto estratégico para la migración irregular hacia Estados Unidos, facilitando el tránsito de miles de personas que buscan eludir la peligrosa travesía del Tapón del Darién. Bajo la administración del dictador Daniel Ortega, el país ha eximido de visado a varias nacionalidades, permitiendo que migrantes de diferentes partes del mundo lleguen en avión a Managua y continúen su viaje hacia el norte, lo cual se ha convertido en un lucrativo negocio para el régimen sandinista.
Un artículo de BBC titulado "El millonario negocio de Nicaragua como puerta de entrada para los migrantes irregulares hacia EE.UU." señala que esta política ha alentado cambios en varios países de la región como Cuba. Desde el estallido antigubernamental del 11 de julio de 2021, Ortega dio un espaldarazo al régimen de La Habana eliminando el requisito de visa para los cubanos a fin de sacarle presión a la crisis interna en el país.
Desde entonces, la isla ha vivido el peor éxodo migratorio de su historia, con más de medio millón de personas que han abandonado el país. En los últimos dos años, más de 5 millones de migrantes han cruzado la frontera sur de Estados Unidos de manera irregular, muchos de ellos utilizando Nicaragua como plataforma de entrada.
El reporte de BBC indica que parte de las cantidades pagadas a intermediarios o agencias por los cientos de miles de usuarios de la ruta de Managua habría acabado en manos del gobierno de Ortega y sus allegados. Analistas sugieren que el régimen de Ortega utiliza esta situación no solo para obtener ingresos económicos, sino también como herramienta política para presionar a Estados Unidos.