Los diputados de la Asamblea Nacional de Cuba aprobaron este viernes las leyes de Ciudadanía y Extranjería, generando una ola de controversias en las redes sociales, especialmente por algunos artículos incluidos en la primera de ellas.
La Ley de Ciudadanía es una norma sin precedentes en el ámbito legislativo cubano, cuyo objetivo es desarrollar los postulados constitucionales relacionados con la ciudadanía, reflejar los derechos de los ciudadanos y reforzar el poder del Estado.
Presentación de las leyes
Los proyectos de leyes fueron presentados por el primer coronel Mario Méndez Mayedo, jefe de la Dirección de Identificación, Inmigración y Extranjería (DIIE) del Ministerio del Interior, durante el tercer periodo de sesiones de la décima legislatura, en el pleno de la Asamblea Nacional.
La Ley de Ciudadanía establece que la ciudadanía cubana se adquiere por nacimiento o por naturalización y aclara que la adquisición de otra ciudadanía no implica la pérdida de la cubana. Además, mientras estén en Cuba, los ciudadanos cubanos no pueden hacer uso de una ciudadanía extranjera.
La nueva ley regula "la ciudadanía efectiva"; la adquisición de la ciudadanía cubana; los documentos que acreditan la ciudadanía cubana; el procedimiento para la formalización de la renuncia, pérdida, privación y recuperación de la ciudadanía cubana; los requisitos, formalidades y términos que deben observarse en su aplicación; las autoridades facultadas para decidir en materia de ciudadanía; los medios de impugnación de las decisiones administrativas sobre la ciudadanía cubana y el Registro de Ciudadanía.
Puntos críticos y debate en redes
A pesar de los aparentes beneficios de esta nueva ley, como la actualización y clarificación de los derechos y deberes de los ciudadanos, hay varios puntos críticos que merecen atención y han estado en el centro del debate en redes, entre ellos está la renuncia a la ciudadanía cubana.
Solicitar la renuncia a la ciudadanía cubana exige un grupo de requisitos entre los que se encuentra ser mayor de 18 años, tener otra ciudadanía, radicar en el extranjero, no poseer deudas con el Estado cubano y no estar cumpliendo sentencia penal de privación de libertad o ser perseguido por la comisión de un delito.
Este no es un proceso automático, debe ser aprobado por el Estado cubano, al igual que la "pérdida de la ciudadanía". "La pérdida de la ciudadanía cubana, por precisiones que ha sido necesario hacer, es para aquellos casos de extranjeros que la adquieren por naturalización", dijo Méndez.
Sin embargo, también son causas para la pérdida de la ciudadanía, el adquirirla en fraude de la ley, o los casos de ciudadanos cubanos por naturalización que, estando en el extranjero, no ratifiquen ante la oficina consular correspondiente su voluntad de mantenerla.
La privación de la ciudadanía cubana es otro tema candente. El funcionario señaló que "está dada por alistarse en cualquier tipo de organización armada con el objetivo de atentar contra la integridad territorial del Estado cubano, sus ciudadanos y demás personas residentes en el país".
También puede privarse a alguien de la ciudadanía cubana en caso de que decida "ejecutar desde el extranjero actos contrarios a los altos intereses políticos, económicos y sociales de Cuba, siempre que así lo considere la autoridad de ciudadanía correspondiente". La vaguedad de términos como "altos intereses políticos, económicos y sociales de Cuba" deja espacio para interpretaciones que pueden ser utilizadas para silenciar disidencias y críticas al gobierno.
Es fundamental que estas nuevas disposiciones sean observadas y analizadas con detenimiento, tanto por su impacto legal como por sus implicaciones en los derechos humanos y las libertades individuales en Cuba.
Ley de Extranjería
La Ley de Extranjería, también fue presentada por el coronel Méndez Mayedo, quien explicó que con ella se busca actualizar la normativa vigente para alinearla con la Constitución y las nuevas realidades migratorias de Cuba.
Esta ley, que complementa la legislación migratoria, regula la atención, protección y documentación de los extranjeros, equiparando sus derechos y deberes a los de los ciudadanos cubanos, y estableciendo los procedimientos para su expulsión del territorio nacional, en caso de ser necesario.
La nueva normativa actualiza la Ley 1313 de 1976. Establece un sistema de extranjería moderno acorde a los intereses del Estado cubano. Incluye la clasificación migratoria de residentes provisionales y humanitarios, así como las condiciones de estancia y residencia, y las actividades autorizadas para extranjeros.
Además, la ley regula la aplicación de medidas y sanciones migratorias y los medios de impugnación. Se aplica a todos los extranjeros en territorio cubano, definiendo sus derechos, deberes y el sistema de extranjería que garantiza su atención y protección conforme a la Constitución y normas internacionales.