El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez confirmó este viernes el aumento en la violencia, la delincuencia y las adicciones en el país, en el contexto de lo que llamó un "adverso escenario socioeconómico".
Reconocimiento de una crisis
Durante el discurso de clausura del tercer periodo de sesiones de la Asamblea Nacional en su décima legislatura, el mandatario destacó que la acción permanente del Ministerio del Interior (Minint) y de los órganos de justicia, en estrecho vínculo con el pueblo, ha permitido descubrir, prevenir y enfrentar múltiples tipicidades y tendencias delictivas en los últimos años.
Estos logros –dijo– han sido posibles gracias a un mayor rigor en el tratamiento jurídico, penal y penitenciario, especialmente en casos de imputados, acusados o sancionados por delitos de elevada lesividad social.
Sin embargo, a pesar de los mencionados "esfuerzos", reconoció que "la situación del delito, la corrupción, las ilegalidades e indisciplinas sociales sigue siendo compleja, signada por el adverso escenario socioeconómico".
Medidas y desafíos
Como solución, no obstante, instó a ser implacables contra ese fenómeno y a "enaltecer las mejores actitudes ciudadanas, las más honestas y las más dignas". Asimismo, enfatizó la necesidad de fortalecer el trabajo educativo desde las familias, la escuela, las instituciones y la sociedad; pero no se refirió a soluciones concretas ni a la elevada impunidad que denuncian las víctimas de la violencia en la isla.
"Tolerancia cero para los indolentes, los pillos y los vagos. Si las leyes deben ser más severas, le toca a esta Asamblea legislar para que así sea", afirmó.
Al final de su discurso Díaz-Canel dijo que Cuba "no se dejará vencer por la delincuencia".
En los últimos meses el régimen cubano ha debido reconocer un aumento de la criminalidad y los delitos asociados a las drogas en Cuba, donde cada vez personas más jóvenes comienzan a consumir productos como el llamado "químico", una droga barata y de graves consecuencias para la salud. El gobierno cubano no publica las cifras de afectados o muertes relacionadas con las drogas ni con la criminalidad.