Un total de 17,563 cubanos ingresaron a Estados Unidos a través de sus fronteras (tanto por el sur como por el norte) durante el mes de junio, según los datos revelados por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Esta cifra representa la menor cantidad de ingresos en los primeros seis meses del año fiscal estadounidense, que comenzó en octubre pasado. A tan solo tres meses de concluir el período, suman 180,925 cubanos que han ingresado a Estados Unidos por diferentes vías durante este año fiscal.
Desglose de ingresos fronterizos
Las cifras indican que por la frontera sur estadounidense arribaron unos 11,316 cubanos, mientras que por la parte norte, fronteriza con Canadá, solamente lo hicieron 37, superando la cifra de entradas por esa zona del mes anterior, que fue de 31. El resto, 6,216, lo hicieron de manera marítima.
El número de migrantes cubanos que han entrado a Estados Unidos durante los primeros nueve meses del año fiscal estadounidense (de octubre a septiembre de cada año) es superior al registrado durante igual período de 2023. Si en los primeros nueve meses de 2023, los encuentros fronterizos de cubanos fueron de 164,440 migrantes, en el año en curso este número alcanza los 180,925 cubanos atendidos por las autoridades migratorias estadounidenses.
Esto significa que las proyecciones plantean que el presente año fiscal va a superar en encuentros fronterizos al anterior, en el cual se concretaron un total de 200,287 de octubre de 2022 a septiembre de 2023.
Causas del éxodo
Los datos evidencian que la crisis en Cuba continúa provocando un éxodo masivo e irregular de la Isla hacia Estados Unidos, a pesar de los esfuerzos de la administración Biden por encauzar este flujo por vías legales como el parole humanitario.
En abril pasado, en vísperas de celebrarse en Washington la 38 Ronda de Conversaciones Migratorias Cuba-Estados Unidos, el régimen de La Habana reconoció que la actual crisis migratoria es "la más grande de la historia de Cuba", pero culpó de ello a Estados Unidos por sus políticas de presión y por incentivar la emigración cubana con "estímulos extraordinarios y artificiales".
El pasado 5 de junio, el gobierno de Joe Biden impuso una serie de cambios en la frontera para impedir que la mayoría de personas que crucen hacia el país sin autorización puedan pedir asilo, con algunas excepciones.
La Casa Blanca señaló en un comunicado oficial que las "acciones estarán vigentes cuando los altos niveles de encuentros de migrantes ilegales en la Frontera Sur excedan la capacidad de generar consecuencias oportunas", como es el caso de este 4 de junio.
La Administración Biden advierte que el Congreso aún debe actuar para resolver el problema migratorio en la frontera con México, porque las acciones aprobadas por el presidente no proporcionan el personal ni los fondos necesarios para asegurar la situación.