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Mirta Díaz-Balart, primera esposa de Fidel Castro, fallece a los 95 años

sábado, 6 de julio de 2024 por Teresa Peña

Mirta Díaz-Balart, primera esposa de Fidel Castro, fallece a los 95 años
Mirta Díaz Balart con su hijo Fidel Castro y su nieto Fidel Antonio Castro Smirnov - Imagen de © Dr.C. Fidel Antonio Castro Smirnov / Twitter

Mirta Díaz-Balart Gutiérrez, quien fuera la primera esposa del fallecido dictador cubano Fidel Castro y madre de su hijo mayor, falleció este sábado a la edad de 95 años. La noticia fue confirmada a través de la cuenta de Twitter de su nieto, Fidel Antonio Castro Smirnov, hijo de Fidel Castro Díaz-Balart "Fidelito" (quien se suicidó en 2018) y la ciudadana rusa Olga Smirnova.

"Rodeada de mucho amor, partió mi querida abuela Mirta Díaz-Balart Gutiérrez. Se nos va una gran mujer. Su final no es la muerte. Permanecerán eternos su especial cariño, lealtad y extraordinaria historia. Seguirá siendo la forma más concreta y amable de lo hermoso", escribió su nieto en la red social.

Un pasado ligado a Fidel Castro

Mirta Francisca de la Caridad Díaz-Balart Gutiérrez nació en La Habana el 30 de septiembre de 1928, siendo hija de un acaudalado político cubano. Mientras estudiaba Filosofía en la Universidad de La Habana, conoció a Fidel, quien era alumno de la Facultad de Derecho y un dirigente estudiantil. La pareja contrajo matrimonio en 1948, a pesar de la oposición de la familia de ella, que financió la boda. Pasaron su luna de miel en Miami y Nueva York.

En 1949 nació Fidelito, el único hijo de la pareja. Sin embargo, en 1955, cuando Fidel estaba exiliado en México, la pareja se divorció y Mirta se quedó con la custodia única del niño. Un año más tarde, Mirta contrajo matrimonio con el abogado Emilio Núñez Blanco, hijo de un exembajador cubano ante la ONU, Emilio Núñez Portuondo, y perteneciente a una familia leal a Fulgencio Batista.

Un reportaje del diario español El Mundo de 2016 revela que cuando Fidel Castro se enteró del segundo matrimonio de Mirta, hizo que su hijo fuera enviado a México con la excusa de despedirse de él, por si acaso moría en sus luchas políticas. Sin embargo, una vez allí, lo retuvo por la fuerza. Finalmente, el mismo Núñez Portuondo rescató a Fidelito.

Exilio y vida en España

Tras el triunfo de la revolución en los años 60, Mirta y su esposo, padres de dos hijas, Mirta y América Silvia, se trasladaron definitivamente a España, mientras que Fidelito fue enviado a estudiar a la Unión Soviética. Emilio Núñez Blanco, un feroz opositor del castrismo, colaboraba con varios periódicos en Miami. Por su parte, Mirta mantuvo un perfil discreto y evitó los medios de comunicación, sin hablar jamás de su pasado o de su relación con Fidel.

"Nunca habló mal ni bien de Fidel, jamás habló. Incluso para quienes conocíamos su pasado, era innombrable, quizá porque quería borrar esa página de su existencia", reveló un amigo cercano a El Mundo.

En Madrid, Mirta vivía cerca de sus hermanos, Waldo, un renombrado pintor, y Rafael, un exfuncionario del gobierno de Batista que también residía en Miami. Rafael es el padre de los conocidos congresistas republicanos Lincoln y Mario Díaz-Balart, a quienes Mirta quería como hijos.

Relación con su hijo Fidelito

Fidelito y su madre siempre mantuvieron una relación cercana. Él la visitaba en Madrid y ella también hizo visitas ocasionales a La Habana, organizadas por el propio Raúl Castro, según un artículo de El Nuevo Herald de 2020.

En 2006, cuando se anunció que Fidel Castro cedía el poder a su hermano debido a su enfermedad, Mirta voló a La Habana a petición de su hijo. Durante su estancia en Cuba, su esposo falleció en Madrid, quien llevaba años enfermo de Alzheimer y estaba internado en una residencia.

Mirta Díaz-Balart fue la única mujer con la que Fidel Castro se casó por la Iglesia. Tras conocer la muerte del dictador en 2016, declaró que estaba afectada.

"He sentido pena por su muerte, aunque esa historia ocurrió hace más de 60 años. Estos días he rezado por su alma, yo soy cristiana", dijo a El Mundo.

"Recuerdo mi matrimonio con Fidel como algo lejano, pero también como una etapa muy bonita de mi juventud. Yo nunca le he deseado el mal, siempre le deseé cosas buenas", agregó.