A pesar de que los modelos de previsión meteorológica alejan al poderoso huracán Beryl de Cuba, el gobernante Miguel Díaz-Canel pidió estar alerta a los cubanos ante su paso cercano por aguas del mar Caribe.
“Cuba no será impactada directamente por el fuerte huracán Beryl, pero durante su paso por los mares al sur de la Isla podemos sentir algunos de sus efectos. Pido a nuestro pueblo mantenerse informado y cumplir las orientaciones que emita la Defensa Civil. Atentos y preparados”, escribió el mandatario en su cuenta de la red social X.
El ojo del huracán Beryl pasará alejado de Cuba, sin embargo, el llamado “lado sucio” del potente fenómeno meteorológico, es decir, el más fuerte en términos de vientos y lluvias, sí impactará al país.
Pronósticos meteorológicos
Según el pronóstico del Centro Nacional de Huracanes (NHC), desde la madrugada del miércoles y hasta el jueves algunas zonas del país podrán sentir vientos de hasta 63 km/h por rachas.
Este martes Beryl alcanzó la categoría 5 (la más alta en la escala de Saffir-Simpson, con vientos por encima de los 250 km/h) y continúa su avance hacia el Golfo de México a una velocidad de 35 km/h.
El Centro Nacional de Huracanes (NHC, por sus siglas en inglés) pronosticó que Beryl continuará moviéndose rápidamente hacia el oeste-noroeste durante los próximos dos días y girará hacia el oeste el jueves.
Jamaica y las Islas Caimán están en situación de alerta y el jueves podrían verse afectadas por el paso del poderoso huracán.
Situación en Cuba
El impacto no directo de Beryl a Cuba resulta un alivio en las actuales condiciones económicas que vive el país, aun así la alerta debe estar presente en la sociedad cubana, debido a los vientos y las lluvias que sí dejará el organismo meteorológico.
Hace menos de dos semanas, se reportaron una serie de derrumbes en Cuba, con intensas lluvias que azotaron sobre todo a la capital, que dejaron un saldo trágico de víctimas, heridos y una creciente preocupación sobre la precariedad de las viviendas en la isla.
Estos incidentes reflejan no solo la vulnerabilidad de las estructuras habitacionales, sino también la ineficacia de las autoridades para garantizar la seguridad de los ciudadanos.