Sin aún haber escalado lo más alto del podio por España, su país de acogida, el púgil cubano Enmanuel Reyes ha demostrado que puede soñar con una medalla olímpica en París. Plata en el Europeo de Armenia 2022, bronce en el Campeonato Mundial de Belgrado 2021 y también tercero en los Juegos Europeos de Cracovia, Polonia 2023, son los logros que sustentan la legítima aspiración del cubano.
"Mis aspiraciones en París se centran en un solo objetivo: la medalla de oro si Dios me lo permite. Yo ocupé el quinto lugar en Tokio, también compitiendo por España. Ahora me estoy preparando física y mentalmente para ser campeón olímpico; estoy cogiendo mi mejor forma, voy cumpliendo lo establecido por mi entrenador y lo principal de todo, disfrutando del proceso", afirmó Reyes.
Una odisea de perseverancia
Cuando se le pregunta sobre su salida de Cuba y su paso al alto rendimiento, Reyes recuerda: "Sí, yo pertenecí a la pirámide del alto rendimiento. Dejé Cuba después del que sería mi último torneo Playa Girón, realizado en Santiago de Cuba, en el cual 'perdí' en la final con Erislandi Savón. Eso fue en 2016 y ahí me convencí de que no me darían nunca la oportunidad de ser grande, aunque tuviera resultados positivos."
Con cualidades innegables, Reyes se enfrentó al sistema cubano que, según él, favorece a los atletas establecidos. "Poseía cualidades pero, como siempre, a los establecidos no los quita nadie... ¡así ganes! Eso se ve con todos los atletas cubanos, no sólo en boxeo sino en todos los deportes. ¿Cuántos a los que no les dieron la oportunidad emigraron y hoy son estrellas de este lado? Por eso me fui."
Reyes detalló su travesía hacia Europa: "Salí con destino a Bielorrusia para cruzar la frontera a Polonia pero todo se torció y tuve que regresar a Moscú. De ahí, después de unas semanas, pude resolver un vuelo que hiciera escala en un país europeo y así cogí uno con escala en Austria. Allí solicité asilo y me pasaron para un campo de refugiados. Empecé a cruzar fronteras y en la de Alemania me pararon por no tener documentos y estuve dos meses detenido allí. Cuando me liberaron, regresé a Austria y pude tomar un avión con destino a España para llegar a Galicia, donde tengo a toda mi familia."
Un nuevo comienzo en España
Una vez en España, Reyes contactó con la selección nacional. "El entrenador Rafa Lozano me dijo que viniera a Madrid para verme y desde ahí no me separé del equipo nacional. Estoy muy agradecido por esa confianza depositada en mí."
Reyes realizó todos los trámites para ser nacionalizado español y agradece al país por permitirle representarlo. "Fue así que un año antes de los Juegos Olímpicos de Tokio empecé a competir como español. Mis entrenadores aquí fueron al comienzo Rafa Lozano y Carlos Peñate y ahora, Rafa Lozano, Ernesto Aroche y Esteban Cuéllar, estos dos últimos cubanos."
La escuela cubana vs. la escuela europea
Respecto a las diferencias entre la escuela cubana de boxeo y la europea, Reyes comenta: "La cubana es de más movimiento; la europea es parada y de más fuerza y poder. La escuela cubana me ayudó mucho en mi formación integral porque he combinado ese movimiento de piernas con la potencia de la escuela europea. Mis entrenadores han sabido combinar con sapiencia ambos sistemas de preparación."
Infancia y primeros pasos en el boxeo
Reyes rememora su infancia y sus inicios en el boxeo: "Tuve una infancia tranquila, feliz. Mis padres nos dieron a mis hermanos y a mí lo básico para estar bien y vivir decentemente y le doy gracias a Dios por ello. Soy de San Miguel del Padrón, mi gran y querido barrio. Me introduje en el boxeo a través de Guillermo Santín, que me enseñó lo que es el boxeo. Siempre agradecido de él por encaminarme en este gran deporte."
En su recorrido por el alto rendimiento, Reyes pasó por la EIDE, el CEART y la academia de boxeo de La Habana, donde fue entrenado por figuras como Julio César Rodríguez, Alberto Pérez, Alberto Brea y Ernesto Machín, entre otros.
Rivalidad con Julio César la Cruz
Sobre su rivalidad con el doble campeón olímpico Julio César la Cruz, Reyes señala: "De mis actuaciones en los torneos Playa Girón y en los Cardín, mi principal rival siempre fue Julio César la Cruz. Es una rivalidad de años. Como boxeador es bueno, yo diría que un gran boxeador; como persona no tengo relación alguna con él. La cortesía hacia él, por el respeto que me enseñaron mis padres, pero hasta ahí."
Con la vista puesta en París, Reyes concluye: "En la capital nipona, era otro Enmanuel. El de ahora va preparado para ganar; ni la Cruz ni ningún otro púgil me quita el sueño. Para mí, mi mayor rival soy yo. Él es otro más al cual me enfrento. Y con esta convicción, quiero enviar un saludo, un apretado abrazo para mi gente de San Miguel y Juanelo, los mejores amigos, a los que siempre tengo presente. Para ellos también será mi triunfo."