Un grupo de jóvenes de la provincia de Holguín, que cumplirán el Servicio Militar Activo (SMA) y el Servicio Militar Voluntario Femenino (SMVF), fue despedido este martes con el llamado a “cumplir con el más alto deber de un cubano: prepararse para defender las conquistas de la Revolución”. El periódico oficialista ¡Ahora! reseñó el “emotivo encuentro”, en el cual diversas organizaciones políticas y de masas destacaron el orgullo de ver a tantos jóvenes asumiendo una de las principales tareas en las que siempre han estado presentes los “pinos nuevos”.
“Ingresar al SMVF constituye un orgullo como fémina de la Cuba de hoy, pues prepararse para la defensa es lo más importante para cualquier patriota. Será un proceso de experiencias y aprendizaje que podré aprovechar después como futura profesional de los medios de comunicación”, declaró en el acto Ana Laura Campello Pérez, futura estudiante de Periodismo.
El costo oculto del servicio militar
Además de los jóvenes que partirán al SMA, también estaban las muchachas que estudiarán periodismo, relaciones internacionales o que se convertirán en marino mercante, ya que actualmente, para estudiar estas especialidades, es requisito cumplir con el SMVF. La joven Campello, con una visión romántica del servicio militar en Cuba, señaló que ella, al igual que el resto de los “hijos de la patria chica de Fidel y Raúl”, aprovechará esta etapa, que calificó como de “crecimiento personal”, hasta alcanzar sus proyecciones futuras para la continuidad de estudios e incorporación laboral.
Advertencia: Este artículo contiene información sensible sobre suicidios y muertes. Recomendamos discreción a los lectores.
Aunque la nota elogia la participación de las jóvenes en las trincheras, destacando su “inmensa responsabilidad y sacrificio”, el texto triunfalista omite mencionar las difíciles condiciones que enfrentan las personas que acuden al SMA, de carácter obligatorio, las cuales han llevado a muchos cadetes a optar por el suicidio como forma de escapar a la cruda realidad.
Hace apenas dos semanas, un soldado de 20 años residente en el municipio de Santa Clara, se quitó la vida cuando era conducido a Matanzas, donde debía continuar el SMA. En abril pasado, un joven residente en la comunidad de Niquero, en la provincia de Granma, falleció mientras cumplía el SMA en La Habana. Este incidente avivó las críticas al régimen por obligar a los jóvenes a pasar por esta etapa.
Un mes antes, en marzo, otro soldado falleció también durante el servicio militar. La madre del joven escribió en Facebook un mensaje en el que pedía disculpas a su hijo por no haber actuado a tiempo, insinuando que el cadete optó por suicidarse debido a las presiones que recibía de un oficial en la Unidad Militar.
“Perdón mi niño, perdón, porque no te pude sacar de aquel infierno”, dijo la mujer en un texto conmovedor en el que además confesó haberse visto atada de pies y manos para impedir que lo llevaran a cumplir con esa exigencia del régimen cubano.
En 2022, luego de que el incendio de la Base de Supertanqueros de Matanzas cobrara la vida de varios reclutas, cobró fuerza en las redes sociales, una campaña contra el Servicio Militar en Cuba. Con el hashtag #NoAlServicioMilitarObligatorio, internautas cubanos exigieron al régimen que se derogara la ley que obliga a los adolescentes varones a formalizar su inscripción en el registro militar al cumplir los 16 años.