La estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha comenzado a utilizar tanqueros "invisibles" –que navegan fuera del radar– para abastecer a Cuba, debido a la disminución de la flota de embarcaciones estatales que históricamente han cubierto esta ruta.
Esta información ha sido confirmada por documentos y servicios de monitoreo de barcos a los que ha tenido acceso la agencia Reuters, la cual recordó que durante más de una década, Cuba y Venezuela habían utilizado exclusivamente sus propios buques para el transporte de petróleo entre ambos países. Sin embargo, retrasos en el mantenimiento han dejado varios barcos fuera de servicio, lo que sumado a la incorporación de México como nuevo proveedor de Cuba, para lo que se utilizan algunos de los mismos tanqueros, ha reducido la disponibilidad de buques para transportar el crudo y el combustible a la isla.
La sombra de las sanciones y la "flota oscura"
Reuters recuerda que la situación se complica aún más debido a que gran parte de las flotas de Venezuela y Cuba están bajo sanciones de Estados Unidos, lo que limita sus viajes. Para sortear estas restricciones, los tanqueros de la llamada "flota oscura" o "invisible" operan con terceros, carecen de seguro en Occidente y envían señales de ubicación falsas para ocultar sus movimientos.
Desde junio, PDVSA ha comenzado a embarcar crudo y fuel oil en partes, entregando una porción en aguas cubanas y enviando el resto a destinos en Asia, según documentos marítimos de la compañía. Por ejemplo, los buques alteran sus señales haciéndolos parecer que están en otras partes del Caribe mientras descargan en Cuba, a menudo mediante transferencias de barco a barco, como lo han registrado el servicio de monitoreo TankerTrackers.com y fotografías satelitales de Planet Labs.
Uno de estos tanqueros, el Neptune 6 con bandera de Panamá, se encontraba la semana pasada cerca de la Bahía de Nipe en Cuba, transfiriendo crudo pesado y fuel oil venezolano al buque Esperanza, con bandera cubana. Sin embargo, según los documentos y las imágenes analizadas por TankerTrackers.com, el transmisor del Neptune 6 ha estado indicando una ubicación al norte de Curazao desde finales de mayo, de acuerdo con datos de LSEG.
Ni PDVSA ni los ministerios de Relaciones Exteriores de Venezuela y Cuba han ofrecido comentarios al respecto ni está claro si el uso de buques de terceros para abastecer a Cuba es una medida temporal.
El uso de buques adicionales podría incrementar el suministro de petróleo venezolano a Cuba, que en lo que va del año se sitúa en unos 27.000 barriles por día (bpd), frente a los 51.500 bpd del mismo período de 2023. Este apoyo es crucial en un momento en que la demanda de electricidad, producida por plantas alimentadas con petróleo, se dispara durante el caluroso verano cubano.
Los apagones, que antes eran ocasionales en Cuba, se han vuelto rutinarios debido a los límites en el suministro importado y a problemas logísticos que complican la distribución de combustible a las envejecidas plantas de energía del país. Esto se traduce en descontento popular y represión por parte del régimen.
Los funcionarios de energía cubanos han señalado que los trabajadores están afinando y brindando mantenimiento a las plantas generadoras de electricidad antes del pico de demanda del verano, a fin de controlar la presión de la población.