El popular actor y guionista cubano Ulises Toirac expresó este lunes su consternación por el deplorable estado de las edificaciones que alguna vez reflejaron el esplendor de La Habana. Estas estructuras, como el icónico edificio Palace en el Vedado, se desmoronan en medio de un escenario de contrastes entre destrucción y modernidad.
Desde la red social Facebook, Toirac compartió una imagen del edificio y destacó su estilo art decó "casi patrimonial (no lo es)", mencionando que presenta, desde hace años, numerosas filtraciones y salideros, tanto de agua como de gas. El inmueble "erige su destartalamiento mientras al fondo en todo su ímpetu se impone la nueva visión de una Habana que se olvida de lo que la ha hecho famosa", escribió el humorista, subrayando la contradicción entre lo nuevo y lo antiguo con nuevas y despampanantes edificaciones (para el turismo).
Vecinos en alerta
La realidad actual del Palace del Vedado no es reciente, ya que los vecinos han denunciado problemas como filtraciones y escapes de gas. “Hace unos cuantos años sufrimos de una filtración que daña el Lobby. Según algunas personas del edificio, que en algún momento informaron a vivienda de la situación, la filtración no tiene solución, pero ya los daños van más allá”, escribió en 2022 la usuaria Katia Suárez Torres en Facebook, preocupada de que el Palace, ubicado en la esquina de 25 y G, pueda convertirse en una tragedia similar a la del Hotel Saratoga.
Desde aquel momento, Suárez advirtió que resulta incomprensible que las autoridades no se ocupen de resolver estos problemas y no brinden a los vecinos una explicación coherente sobre el origen del agua que corre por paredes y techos. “Es triste ver como el único techo que tienes para tu familia se destruya gracias a la irresponsabilidad de algunos vecinos y la no respuesta de los encargados de tratar este asunto. Yo necesito respuestas y más que eso, necesito solución”, añadió.
Contraste entre lo viejo y lo nuevo
La publicación de Toirac ha reavivado el debate sobre las condiciones del fondo habitacional de la nación caribeña, en decadencia desde hace décadas. En los últimos días, los derrumbes parciales de una veintena de construcciones en la “Ciudad Maravilla” han copado titulares debido a las intensas lluvias. Los aguaceros han sobrecargado infraestructuras que llevan años sin mantenimiento, en un contexto de nulo proceso inversionista en el sector residencial y el hacinamiento que ha obligado a las familias a dividir los espacios, muchas veces de manera improvisada.
Por otra parte, se elevan sin contratiempos hoteles como la Torre K, cuya gestión estará a cargo de la compañía española Iberostar. Este proyecto, con 154 metros de altura, 42 pisos y un total de 565 habitaciones de cinco estrellas, está en consonancia con los programas del régimen que, en 2023, invirtió más en desarrollo del turismo que en infraestructuras sociales, de salud y educación, un hecho que ya se ha vuelto habitual.
El contraste entre la decadencia de edificaciones históricas y el auge de modernos hoteles para el turismo refleja la política de prioridades del régimen, dejando en claro que mientras algunos edificios se desploman, otros se elevan sin problemas. 🌆✨