La prensa oficialista cubana ha reconocido esta semana la existencia de casos de trabajo infantil en el país, un problema que refleja la complejidad del contexto socioeconómico actual.
En Cuba, la ley prohíbe el trabajo infantil y protege los derechos de los menores, según la Carta Magna y el Código de Trabajo. Sin embargo, instituciones educativas en Santiago de Cuba, como el IPU-Cuqui Bosch y la Secundaria Básica Espino Fernández, han identificado casos de trabajo infantil en sus comunidades.
Un problema oculto durante décadas
Una investigación realizada por el periódico Sierra Maestra reveló casos de estudiantes de enseñanza primaria que faltan a clases para trabajar. Llegan tarde o se ausentan de las escuelas para ayudar a sus familias, algo que el régimen criticó durante décadas, culpando al capitalismo y asegurando que "en la Revolución eso no pasa".
Los jóvenes universitarios pueden equilibrar sus estudios con trabajos parciales. Es aceptable para personas maduras y preparadas, pero involucrar a menores en trabajos que violan la legislación debe enfrentarse con rigor.
Según la Carta Magna en su artículo 66 y el Código de Trabajo, está prohibido el trabajo infantil y se establece una protección especial para los jóvenes entre 15 y 18 años. Estas regulaciones se violan frecuentemente.
Medidas insuficientes
La identificación de ausencias reiteradas y las visitas de labor social son algunas de las estrategias utilizadas para detectar estas situaciones, pero no tienen el efecto esperado. Los casos se repiten una y otra vez.
El M.Sc. Rosendo López Mustelier, experto en Psicología Laboral, subraya que el trabajo infantil afecta la salud física y mental de los menores, exponiéndolos a riesgos y privándolos de una infancia normal.
Los especialistas destacan la importancia de un enfoque coordinado entre familia, escuela y comunidad para evitar las consecuencias negativas del trabajo infantil en el desarrollo de los menores de edad.
Los niños deben jugar, aprender y desarrollarse en un entorno seguro, lejos de las responsabilidades laborales, pero la inflación y la pobreza en Cuba es tal, que muchos tienen que trabajar para contribuir a la economía familiar, porque el gobierno no garantiza la ayuda social que la población vulnerable requiere.