El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel realizó el sábado una visita a la fragata y al submarino rusos atracados desde el pasado 12 de junio en la Bahía de La Habana. "Recorrimos hoy el interior de la fragata Almirante Gorshkov y la cubierta del submarino Kazán, navíos de la Armada de Rusia, que cumplen visita oficial en el puerto de La Habana", declaró Díaz-Canel en su cuenta de Twitter. "Impresionante y agradable tarde, incluso bajo la persistente lluvia. Bienvenidos, amigos de Rusia", añadió.
La fragata y el submarino forman parte de una flotilla de guerra rusa que incluye además el remolcador de salvamento Nikolai Chiker (SB-131) y el buque petrolero de la flota Pashin. Estos navíos arribaron en visita oficial a Cuba, donde permanecerán hasta el 17 de junio.
Reacciones y tensiones internacionales
El suceso ha generado diversas reacciones a nivel internacional en un contexto marcado por la guerra en Ucrania, que ha reavivado las tensiones entre Rusia y Estados Unidos. Moscú aseguró que no hay motivos para que ningún país, incluido Estados Unidos, esté preocupado por la presencia de buques de guerra rusos en Cuba, argumentando que tales ejercicios son una práctica común.
En igual sentido, el Departamento de Defensa estadounidense afirmó que el destacamento naval ruso en La Habana no representa una amenaza directa para Estados Unidos. No obstante, la Casa Blanca desplegó varios buques de guerra (dos destructores y un Guardacostas) y un avión de reconocimiento submarino para seguir el curso de la flotilla rusa antes de su arribo a la capital cubana.
Jesús Daniel Romero, capitán de corbeta retirado de la Inteligencia de la Marina de Estados Unidos, calificó de "preocupante" el despliegue naval de guerra de Rusia a solo 90 millas de las costas norteamericanas.
Respuesta de Estados Unidos y Cuba
Al día siguiente del arribo, el 13 de junio, el Comando Sur de Estados Unidos informó de la llegada del submarino nuclear USS Helena a la Bahía de Guantánamo, en un movimiento que calificó de "visita portuaria de rutina". En respuesta, el Gobierno cubano señaló que no le gusta la presencia en territorio nacional de un "medio de esa naturaleza", perteneciente a una potencia "hostil", que además no ha sido invitado, aunque admitió que fue informado con antelación de la llegada del submarino nuclear estadounidense al área de la Bahía Naval de Guantánamo.