La ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Melanie Joly, afirmó desconocer las razones detrás de la visita del buque de guerra canadiense Margaret Brooke a Cuba, justo cuando una flotilla rusa, que incluye un submarino nuclear, se encuentra en La Habana.
El buque de guerra canadiense arribó a la capital cubana el viernes, coincidiendo con la llegada de fuerzas navales rusas y la presencia de un submarino nuclear estadounidense en la Base Naval de Guantánamo, en el oriente de la isla. Según el gobierno canadiense, el buque se encuentra en La Habana por tres días, supuestamente para celebrar relaciones bilaterales entre Cuba y Canadá.
Declaraciones de Melanie Joly
En una entrevista, la ministra Joly fue cuestionada sobre la razón por la cual Canadá tendría un barco en un puerto cubano al mismo tiempo que los barcos militares rusos están allí. Joly respondió que no estaba al tanto de la situación. "Esto es algo que tengo que mirar mucho más de cerca. Es una información nueva para mí porque el ministro de Defensa también trabaja con CAF y DND en este mismo tema; pero, por supuesto, vamos a revisarlo y regresaremos con más información", afirmó.
El HMCS Margaret Brooke, un buque de la Armada Real Canadiense, comenzó sus maniobras a primera hora del viernes para entrar en el puerto de La Habana. Esta visita es la primera desde 2016, cuando estuvo en la isla durante la semana en que el primer ministro Justin Trudeau realizó una visita oficial a Cuba.
Contexto de alta tensión militar
La llegada del navío canadiense coincide con un período de elevada actividad militar en la región y máxima tensión por la presencia en La Habana del submarino nuclear ruso Kazan, la fragata “Almirante Gorshkov”, el remolcador de salvamento Nikolai Chiker (SB-131) y el buque petrolero de la flota Pashin.
Esta situación se da luego de que Estados Unidos anunciara que su submarino nuclear USS Helena había atracado en la base naval de Guantánamo, y de que la Casa Blanca declarara que junto a Canadá "vigilarían de cerca" a la flota naval rusa. Rusia describió sus movimientos en el Caribe como rutinarios y aseguró que no representan una amenaza para la región.