El gobierno cubano admitió este viernes que fue informado con antelación de la llegada de un submarino nuclear estadounidense al área de la Bahía Naval de Guantánamo. Sin embargo, dejó claro su descontento con la presencia en territorio nacional de un “medio de esa naturaleza” perteneciente a una potencia “hostil” a la isla.
“Conocíamos de su presencia, pues conforme a procedimientos que hemos seguido desde hace años, EE.UU. nos informó con antelación”, indicó el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío Domínguez, en declaraciones a la periodista Arleen Rodríguez Derivet.
“Evidentemente no nos gusta la presencia en nuestro territorio y transitando por nuestras aguas de un medio de esa naturaleza, perteneciente a una potencia que mantiene una política oficial y práctica que es hostil contra Cuba”, añadió el alto funcionario de la Cancillería.
Fernández de Cossío afirmó que las visitas de medios navales a un país suelen ser resultado de una invitación, y aclaró que este no es el caso.
Un recordatorio de la ocupación
“Lo importante a recordar es el carácter ilegal e inaceptable de la ocupación de una parte de nuestro territorio por una potencia extranjera en contra de la voluntad del pueblo cubano. Es una ocupación militar ilegítima y eso es lo que marca la diferencia”, concluyó.
El pasado 13 de junio el Comando Sur de Estados Unidos confirmó la llegada del submarino nuclear USS Helena a la Bahía de Guantánamo, en un movimiento que calificó de "visita portuaria de rutina".
"El submarino de ataque rápido USS Helena se encuentra en la Bahía de Guantánamo, Cuba, como parte de una visita portuaria de rutina mientras transita por el área geográfica de responsabilidad del Comando Sur de EE. UU. mientras lleva a cabo su misión de seguridad marítima global y defensa nacional", señaló el comunicado publicado en X.
Añadieron que "la ubicación y el tránsito del buque estaban previamente planificados". El USS Helena es conocido por sus capacidades avanzadas y su tecnología de vanguardia, lo que lo convierte en una pieza crucial en la defensa marítima de Estados Unidos.
Contexto de tensión militar
La presencia del USS Helena en la Bahía de Guantánamo se reportó al día siguiente de la llegada a Cuba del submarino ruso de propulsión nuclear Kazan. Su despliegue en Guantánamo reafirmó la importancia estratégica de esa base en el contexto de las operaciones militares y de seguridad de Estados Unidos en la región.
El miércoles el gobierno de Estados Unidos ya había desplegado varios buques de guerra y un avión de reconocimiento submarino para rastrear el curso de la flotilla rusa que se dirigía a Cuba. El despliegue estadounidense incluyó dos destructores, el USS Truxtun y el USS Donald Cook; el Guardacostas Stone; y un avión de patrulla marítima Boeing P-8.
La flotilla de la Marina de Guerra de Rusia llegó a La Habana esa misma jornada y permanecerá en Cuba hasta el 17 de junio. La flotilla rusa que está atracada en aguas cubanas incluye el buque petrolero de la flota Pashin, el remolcador de salvamento Nikolai Chiker (SB-131); la moderna fragata "Almirante Gorshkov", y el submarino nuclear K-561 Kazan.