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Una madre cubana desesperada: cuatro años luchando por un techo seguro para su hijo con autismo

jueves, 13 de junio de 2024 por Pedro Antonio Ruiz

Danay Aguilar es madre de un niño con Trastorno del Espectro Autista (TEA), que además padece encefalopatía crónica, epilepsia, síndrome de Landau Kleffner, asma crónica, alergia y trombocitopenia. Hace tres años pidió a las autoridades de la comunidad Batalla de las Guásimas y del municipio de Vertientes, en Camagüey, tres sacos de cemento para arreglar el techo de su casa, un cuarto y último piso de un edificio, con la intención de corregir las filtraciones que tenía en ese momento. Nunca le hicieron caso.

El problema es que a día de hoy la situación se ha agravado y ya no es sólo que llueve más dentro que fuera de casa sino que los enchufes se mojan con la lluvia y el niño con autismo no entiende por qué su mamá no puede encender los aparatos eléctricos para que él pueda escuchar la música que tanto lo calma.

Una lucha diaria

Cuando llueve, cuenta Danay Aguilar, ella tiene que estar mudando las ollas eléctricas y todos los electrodomésticos de una habitación a otra buscando un rincón de la casa en la que no se mojen. Harta de que las autoridades locales y el Poder Popular ignoren su caso, Danay Aguilar ha hecho la denuncia en las redes sociales y también en CiberCuba aunque teme que esto vaya a tener consecuencias y que, lejos de recibir la ayuda que necesita, le quiten las pocas que le dan.

Nadie, explica esta joven madre que vive a su vez con su madre de setenta y tantos años, en ese pequeño poblado de Camagüey, se ha pasado estos días por su casa, después de las fuertes lluvias que han tenido, para preguntarle cómo está el niño o cómo han pasado los aguaceros.

Su situación es extrema, añade, porque el niño necesita muchos medicamentos que cuando están desaparecidos en la farmacia ella tiene que pagar, con su sueldo de 2.600 pesos, a precio de mercado. Con ese dinero, insiste, tiene que viajar 50 kilómetros para llevar a su hijo al hospital, además de cubrir todas las necesidades básicas de alimentación. Arreglar el techo de su casa es una inversión que ella no puede permitirse si no recibe una ayuda social que debería tener desde hace cuatro años.