El diario oficialista Granma, vocero del régimen cubano, ha vuelto a culpar al gobierno de Estados Unidos por la falta de claridad respecto a la situación de los médicos cubanos secuestrados en Somalia.
En un reciente artículo, Granma acusa a EE.UU. de no ofrecer una explicación clara sobre lo ocurrido con los médicos Assel Herrera y Landy Rodríguez, secuestrados por el grupo yihadista Al Shabab en 2019.
El régimen cubano asegura que el Mando Militar de EE.UU. en África (Africom) ha eludido dar una respuesta satisfactoria sobre el destino de los galenos, aumentando la responsabilidad de Washington en este caso.
El silencio de Africom
En el informe trimestral de evaluación de bajas civiles, Africom reconoció un bombardeo cerca de Jilib, Somalia, el 15 de abril de 2024, pero insistió en que el ataque no dejó víctimas civiles, sin mencionar específicamente a los médicos cubanos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, expresó en la red social X que se sentía sorprendido por la falta de información nueva sobre los médicos cubanos.
Rodríguez afirmó que el gobierno de Cuba ha estado esperando los resultados de las indagaciones oficiales respecto a los ataques de Africom en Somalia, y considera que no han recibido una respuesta seria ni urgente por parte de las autoridades estadounidenses.
Una estrategia repetitiva
Es importante destacar que esta narrativa del régimen cubano se enmarca en una estrategia habitual de desviar la atención y culpar a factores externos de los problemas internos.
Mientras se enfocan en responsabilizar a EE.UU., ignoran la falta de transparencia y de gestión efectiva por parte de las autoridades cubanas en este caso. Desde el secuestro de los médicos, la respuesta del régimen ha sido ineficaz y marcada por la desinformación.
La situación de los médicos cubanos secuestrados es una tragedia que merece una atención seria y un esfuerzo coordinado internacional para su resolución. Sin embargo, el uso de este caso por parte del régimen para atacar a EE.UU. revela una vez más su intención de politizar los problemas en lugar de buscar soluciones reales.
Es fundamental recordar que la presencia de médicos cubanos en Somalia y otros países responde a acuerdos bilaterales que, aunque promueven la cooperación médica, también han sido criticados por su componente propagandístico y de explotación laboral.
Los médicos cubanos, enviados a zonas de conflicto y condiciones adversas, merecen un respaldo efectivo y no ser utilizados como piezas de una narrativa política.
En lugar de proporcionar respuestas concretas y buscar soluciones efectivas, el gobierno de Miguel Díaz-Canel opta por la propaganda y la desinformación, dejando la situación de los médicos cubanos y sus familias en una dolorosa incertidumbre.