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A la viceprimera ministra de Cuba se le escapa información confidencial en redes sociales

lunes, 10 de junio de 2024 por Martha Ortega

A la viceprimera ministra de Cuba se le escapa información confidencial en redes sociales
Inés MAría Chapman Waugh y diapositiva delatora - Imagen de © Captura de video / Canal Caribe - X / @Camaguey1514

La viceprimera ministra de Cuba, Inés María Chapman Waugh, publicó un tuit (posteriormente eliminado) en el que desveló por error parte de la estrategia del régimen para el llamado “enfrentamiento en redes sociales”.

Preocupado por el impacto de las redes sociales en la opinión pública de los cubanos y el descrédito creciente de los medios y mensajes oficialistas entre la población, el régimen totalitario cubano busca desesperadamente ganar el terreno perdido en la “batalla de la información” frente a los “odiadores” (activistas y sociedad civil en general).

La nueva ley de comunicación social

En ese sentido, la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) aprobó a finales de mayo del pasado año la Ley 162/2023 "De Comunicación Social", que entró en vigor este 5 de junio tras su publicación en la Gaceta Oficial de Cuba.

A raíz de esta novedad en el escenario legal, que busca “regular y organizar el Sistema de Comunicación Social” en Cuba, el Instituto de Información y Comunicación Social (ICS) ofreció una conferencia de prensa en la que “se detallaron aspectos sobre la Ley y sus normas complementarias”.

Y aquí es donde entra en escena la viceprimera ministra de Cuba y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC), quien estuvo presente en la conferencia de prensa organizada por el ICS (antiguo ICRT), tal y como difundió a través de sus redes sociales.

Pero… ¡ay las redes!... a Chapman Waugh se le ocurrió compartir en su publicación fotografías del evento, y en una de ellas los usuarios detectaron una información que les llamó la atención.

“En el ICS intercambio con directivos de los diferentes organismos de la Administración Central del Estado sobre la Comunicación Social en todos sus ámbitos. Los tres pilares de la gestión del gobierno: CTI, transformación digital y la Comunicación Social para el desarrollo”, dijo la viceprimera ministra en su cuenta de X (antiguo Twitter).

Sin embargo, una de las fotografías del evento compartida por la dirigente mostró a un funcionario del ICS explicando una diapositiva proyectada en una pantalla con el título “Gestión de las Redes Sociales”.

El texto de la diapositiva indicaba que para la “gestión de las redes sociales”, el ICS cuenta con “98 líneas corporativas: de las cuales 71 están incorporadas al combate en la plataforma X”.

Además, precisaba que “la organización del trabajo en las redes cuenta con 6 usuarios claves, 25 estratégicos, 3 de enlace y el resto de soporte”.

Reacción en redes sociales

No había pasado ni media hora de la publicación del tuit de Chapman Waugh cuando el usuario Camagüey detectó la información que contenía la fotografía compartida por la viceprimera ministra del régimen cubano. La captura de pantalla estaba cantada.

“Inesita la inepta nos muestra cómo organizan el trabajo de las ciberclarias en las redes desde el Gobierno Castrista”, señaló Camagüey en su publicación, en la que compartió el tuit de Chapman Waugh y una ampliación de su fotografía compartida, en la que resultaba legible el texto de la diapositiva.

De inmediato se esparció por las redes sociales la pifia de la dirigente. Y de inmediato (menos de una hora después de descubierta), la viceprimera ministra de Cuba borró su publicación. “¡Mandaron a Inesita la Inepta a borrar el post!”, dijo Camagüey en otro tuit.

Pero ya fue tarde: las redes sociales y la sociedad civil cubana ya habían realizado la captura y la interpretación de la imagen, llegando a la conclusión de que la diapositiva del ICS ponía en evidencia parte de la estrategia de “enfrentamiento” del régimen en las redes sociales.

“¡Oh no! A la ministra Inés María Chapman se le fue información confidencial de la espontaneidad con la que actúan... Dice que tienen 98 líneas corporativas de las cuales 71 están incorporadas para esparcir propaganda espontánea, llamada ‘combate’... 6 usuarios clave, 25 estratégicos...”, advirtió el usuario identificado en Facebook como Edmundo Dantés Junior.

Y como él, otros muchos se hicieron eco de la pifia de la ministra que puso en evidencia la estrategia del régimen totalitario para enfrentar los mensajes contrarios a sus intereses a través de bots, ciber-combatientes (conocidos como ciberclarias) y otras cuentas al servicio de la propaganda de la “continuidad” que supuestamente lidera el gobernante Miguel Díaz-Canel.

Antecedentes de la ministra

No es la primera vez que Inés María Chapman Waugh comete un problemático desliz en su manejo de las redes sociales.

A mediados de agosto de 2021, en pleno pico de la pandemia de coronavirus y con los hospitales del país colapsados por el número de pacientes, la viceprimera ministra cubana borró un tuit en el que posteaba imágenes del centro de aislamiento donde ella y su hijo pasaron el Covid-19, y que generaron la indignación de los usuarios de redes sociales.

"Llegan mensajes de agradecimiento a los médicos: después de 8 días de aislamiento y lucha contra el Covid-19, ya mi hijo y yo resultamos negativos y estamos en casa. Muchas gracias al personal médico, de enfermería y paramédicos del Centro de Aislamiento Raúl Tamayo, de Holguín", posteó la funcionaria del régimen cubano, junto a dos fotografías.

Sin embargo, las condiciones de esa instalación contrastaban con las de aquellas destinadas a la población del país, donde no habían medicamentos, ni comodidades, ni baños confortables, según denunciaron los internautas.

En una de las fotografías se podía observar una habitación privada de dos camas y un baño adecuadamente equipado en el centro de aislamiento donde pasaron la cuarentena la viceprimera ministra y su hijo en Holguín. También se veía al personal haciendo la limpieza de la recámara, decorada con cuadros y equipada hasta con un equipo de televisión.

A pesar de haber borrado la publicación, en un intento tardío por ocultar los privilegios que disfrutan las altas esferas del poder en Cuba, el top hashtag de las respuestas del tuit pusieron en evidencia el descontento de los cubanos y la desaprobación que generó la publicación.

Varios internautas hicieron captura del tuit, y publicaron denuncias en redes sociales, en las que una vez más volvieron a criticar la vida de los dirigentes cubanos y su falta de empatía hacia el dolor de la población. El tuit de Chapman Waugh había recibido incluso un like de Díaz-Canel.

La Ley de Comunicación Social: ¿Censura disfrazada?

La Ley 162/2023 "De Comunicación Social" fue diseñada, entre otras adaptaciones de la "continuidad", para silenciar las voces disidentes y controlar la narrativa pública en Cuba.

Uno de sus principios o ejes fundamentales, está dirigido a prohibir la divulgación en medios tradicionales y en el ciberespacio, de información que pueda desestabilizar el "Estado socialista".

Solo los medios de comunicación vinculados al gobierno, el PCC y las organizaciones de masas, tienen legalidad en el país. Este control estricto de la información contraviene los principios de libertad de prensa y expresión, esenciales en una sociedad democrática.

La Constitución en Cuba declara que los medios de comunicación son de propiedad socialista y no pueden ser de otro tipo. Esta disposición junto con la nueva ley, asegura que cualquier medio independiente que intente operar en el país será automáticamente ilegal.

Los activistas y periodistas independientes, que han sido blanco de programas como Hacemos Cuba y "Con Filo", ven en esta ley una herramienta más del gobierno para silenciar cualquier forma de crítica al Estado.

La ley también especifica que los contenidos no pueden ser usados para subvertir el orden constitucional ni para sustentar agresiones comunicacionales contra el gobierno. Las disposiciones son lo suficientemente vagas como para justificar la censura de cualquier contenido que el régimen considere inadecuado.

Permitir la publicidad comercial y el patrocinio en los medios de comunicación parece ser una apertura, pero está condicionada por la aprobación estatal, asegurando que los ingresos no provengan de fuentes que el gobierno considere subversivas.

Aunque presentada como una modernización del marco regulatorio, la Ley de Comunicación Social de Cuba es en realidad una herramienta más del régimen para mantener su control absoluto sobre la información y reprimir con mayor fuerza y rapidez cualquier voz disidente.