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Cubano se recupera tras extracción de enorme cálculo vesical en Pinar del Río

sábado, 8 de junio de 2024 por Ernesto Fernández

Cubano se recupera tras extracción de enorme cálculo vesical en Pinar del Río
Israel Bruguera García y el cálculo vesical que le extrajeron - Imagen de © Guerrillero

Un cubano de 74 años fue noticia tras una exitosa intervención quirúrgica realizada en Pinar del Río para tratar una condición urológica severa y como resultado de la cual se le extrajo de la vejiga un enorme cálculo.

Israel Bruguera García fue sometido a una serie de procedimientos médicos complejos para extraerle un cálculo de gran tamaño de la vejiga y le realizaron una prostatectomía radical, removiendo completamente su próstata.

La noticia fue publicada este viernes en Guerrillero, periódico oficialista local que entrevistó a Israel y a su hijo, y publicó fotografías del enorme cálculo vesical, del tamaño de una pelota de ping pong. La extracción del cálculo de la vejiga, un procedimiento que involucra la eliminación de masas duras de minerales que se encuentran en ese órgano, fue solo el comienzo.

La presencia de un cálculo de gran tamaño en la vejiga puede causar dolor intenso, infecciones urinarias recurrentes y dificultades para orinar. En el caso de Israel, la extracción del cálculo y la posterior prostatectomía radical resultaron en incontinencia urinaria, una complicación común tras estos procedimientos.

Para manejar la incontinencia urinaria, Israel tuvo que utilizar un catéter y una sonda permanente durante más de dos años. Este método, aunque efectivo, es incómodo y puede causar infecciones si no se maneja adecuadamente. Israel experimentó dificultades significativas, como la obstrucción y desplazamiento de la sonda, lo cual afectaba su calidad de vida y su capacidad para trabajar en su finca.

Un dispositivo que cambia vidas

Finalmente, Israel fue remitido al Hospital "Hermanos Ameijeiras" en La Habana, donde se le diagnosticó la necesidad de un esfínter urinario artificial. Este dispositivo es crucial para aquellos que sufren de incontinencia urinaria severa.

El esfínter urinario artificial consiste en un manguito de presión, un globo regulador de presión y una bomba de control. El manguito se coloca alrededor del cuello de la vejiga y se infla para cerrar la uretra, previniendo así la fuga de orina. El globo regulador de presión se coloca en el abdomen y la bomba en el escroto.

Para orinar, el paciente presiona la bomba, lo que transfiere el fluido del manguito al globo, permitiendo que el esfínter se relaje y se pueda vaciar la vejiga. El manguito se reinfla automáticamente en unos minutos, asegurando que la uretra permanezca cerrada hasta el próximo uso.

La operación fue un éxito, y aunque la recuperación incluyó un mes de cuidados intensivos y ejercicios para estirar la vejiga, Bruguera García ahora disfruta de una calidad de vida que no tenía antes.

Una historia de éxito en medio del colapso de los servicios públicos de salud en Cuba

La historia de Israel es un caso de éxito en un contexto de colapso de los servicios públicos de Salud en Cuba. La falta de inversiones, la decadencia de los centros hospitalarios, la fuga de médicos y el desabastecimiento farmacéutico impactan sobre las necesidades de atención médica de la población.

No todos los cubanos que son diagnosticados con enfermedades o padecimientos similares a los de Israel consiguen ser atendidos con su misma suerte, teniendo muchos de ellos que esperar hasta años por una cita de cirugía, por falta de quirófanos en condiciones, cirujanos y hasta instrumental médico, anestesia, o fluido eléctrico.

A finales de noviembre de 2023, un cubano desesperado por ser llevado a quirófano para extraerle un enorme cálculo renal salió a la calle con un cartel dirigido a las autoridades cubanas.

“Señor ministro de Salud, estoy sufriendo con el dolor hace 5 años. No puedo ni comer ni dormir por una piedra en el riñón que mide 80 mm. Necesito ser operado y atendido urgente”, se lee en el cartel con que ha salido a la calle este cubano que se nombra Iván Peña, y que aseguró que "pagaba lo que sea" para que le extirparan la piedra de su riñón.

A mediados de noviembre, un padre cubano desesperado por la situación de su hija de 15 años acudió a Internet en busca de ayuda, pues la menor llevaba dos semanas pendiente de una operación y en el hospital no había ni insumos ni el personal médico necesario.

Ezequiel Álvarez denunció en Facebook que la menor estaba en la sala de neurocirugía del hospital infantil Juan Manuel Márquez de La Habana, donde había niños que llevaban más de cuatro meses ingresados sin solución a su problema por la escasez de recursos y médicos.

En abril, por su parte, la periodista oficialista cubana Betsy Anaya denunció que en el Hospital Pediátrico de Centro Habana no había suturas ni para atender emergencias médicas.

Como las anteriores, son muchas las publicaciones que aparecen con frecuencia en las redes sociales para denunciar el colapso de la Salud Pública del régimen cubano, la mala praxis de algunos especialistas, o el desahucio que sufren algunos pacientes que no reciben los tratamientos o cuidados que requieren.

El caso más conocido en los últimos tiempos es sin dudas el de la niña cubana Amanda Lemus Ortiz, quien sufría una atresia de las vías biliares y requería de un trasplante de hígado para su curación.

A pesar de que su padre era donante compatible, la operación no llegó a realizarse en Cuba, donde la niña y sus padres permanecieron años luchando y esperando por una solución.

Finalmente, gracias a una campaña solidaria de la sociedad civil, la pequeña fue sometida en marzo a un trasplante de hígado en España y, a pesar de su delicado estado de salud, continúa mostrando señales de evolución.