Saturada de equipamiento obsoleto y golpeada por la escasez de combustible, Cuba deposita sus esperanzas en Rusia para escapar de la crisis energética que machaca e indigna al pueblo desde hace años.
En una visita a la ciudad de San Petersburgo, el vice primer ministro del régimen, Ricardo Cabrisas Ruiz, concertó encuentros con las empresas Inter RAO Export y Hevel Group para trabajar en proyectos e “incrementar la eficiencia en la generación de energía eléctrica y el desarrollo de las fuentes renovables”, informó el gobierno caribeño desde la red social X.
La publicación agregó que Cabrisas dialogó con la presidenta del Consejo de la Federación de Rusia, Valentina Matvienko, y el director ejecutivo principal de la empresa Rosneft, Igor Sechin, en el marco del Foro Económico Internacional que se celebra en esa urbe.
Reuniones y promesas en San Petersburgo
"Como parte de la agenda a desarrollar en San Petersburgo por el vice primer ministro, está previsto que la delegación participe en paneles temáticos, encuentros con autoridades gubernamentales y representantes de empresas rusas", prosiguió el hilo en X.
Las conversaciones acontecen en un contexto complejo para el pueblo que experimenta apagones de hasta 20 horas ininterrumpidas, y solo recibe como aliento la consigna de "resistir con creatividad" y entender, mientras el presidente Miguel Díaz-Canel y demás representantes del Estado reconocen abiertamente la situación sin brindar soluciones.
Pareciera un juego al azar el ir y venir de las unidades termoeléctricas, las cuales brindan servicios a medias, con interrupciones constantes por averías o mantenimientos, en tanto la población vive entre el agobio y los malabares para organizar sus rutinas en función de la esperada "luz".
Justamente, la Unión Eléctrica informó sobre una afectación de 953 MW este miércoles y pronosticó 885 MW de déficit para hoy, cifras otra vez cercanas a los 1,000 MW, lejos de los 462 pronosticados el martes.
Soluciones temporales y la desesperación del pueblo
Esta debacle energética se extiende a todo el país, por lo cual algunos gobiernos locales pretenden apaciguar los ánimos con actividades culturales y venta de alimentos elaborados o carbón.
La última “gran idea” cobró vida en Santiago de Cuba recientemente, como alternativa para la cocción de alimentos, en un país donde la mayoría de la población depende de equipos eléctricos.
No es de extrañar, entonces, que se repitan hechos como la pérdida de la leche fluida destinada para los niños en Matanzas o se suspendan acciones como el Ejercicio Popular Meteoro-2024, pese a los pronósticos de una intensa actividad ciclónica en el Atlántico.