La crisis en la transportación pública en Santiago de Cuba, evidenciada por las grandes concentraciones de personas en las paradas a cualquier hora del día, ha llevado al gobierno local a tomar una medida desesperada: forzar a los conductores de las empresas estatales a transportar a la población durante los momentos de mayor demanda.
Noralquis Guerra Guevara, directora de la Unidad Empresarial Terminales y Medios Alternativos de Santiago de Cuba, informó que existen 110 unidades del territorio participando en “la transportación solidaria” con sus vehículos, reportó el oficialista periódico Sierra Maestra. Sin embargo, la directiva alertó que del total de entidades que podrían aliviar la crisis con sus vehículos, “un 3 % no se han sumado a esta actividad por déficit en el parque automotriz que tienen a su disposición”, otra muestra irrefutable de la precariedad de la transportación en la provincia.
Además, denunció que no todos los conductores participan en “la transportación solidaria”, señalando que algunos no se detienen en los puntos de recogida. Apuntó que las empresas que están vinculadas prestan sus vehículos en los horarios de 6:30 am a 8:30 am y en la tarde de 4:00 pm a 5:30 pm, que coincide con los momentos donde se evidencia con mayor calidad la crisis en el transporte en Santiago de Cuba.
Aunque la directiva abogó porque “la transportación solidaria” se haga de manera “consciente”, amenazó a los choferes con la colocación de inspectores en los puntos de mayor concentración de personas. Según el periódico oficialista, en cada punto de “transportación solidaria” deberá estar presente “un cuadro” encargado de “organizar y controlar”.
Rogelio Samada Rubio, subdirector provincial de transporte en Santiago de Cuba, orientó discutir el tema de “la transportación solidaria” en los matutinos de las entidades del estado. Según él, esta es la vía para lograr que los conductores cooperen de manera consciente. Debido a la incapacidad del régimen de solucionar la crisis del transporte en Santiago de Cuba, el funcionario admitió que han tenido que acudir a los ómnibus arrendados.
Samada reconoció que la falta de combustible agrava los problemas de movilidad, señalando que algunos vehículos, aunque estén operativos, no pueden salir a la calle debido a la escasez de carburante. El directivo recordó que la resolución 435 del 2002, del Ministerio de Transporte, indica que los vehículos estatales, en su recorrido de retorno, están obligados a apoyar a la transportación.
A pesar de la existencia de este instrumento legal, de la movilización de “cuadros” e inspectores en los puntos de “transportación solidaria”, Samada admitió que aún se ven en las calles choferes que conducen por las calles sin llevar ningún pasajero, muestra de la ineficiente gestión del régimen.
“Ante el incumplimiento, se hace un análisis diario y un resumen semanal con el vicegobernador de todos los conductores que inciden negativamente y se aplican las medidas, que pueden constituir hasta la separación definitiva del conductor que de forma reiterada incumpla con esta”, puntualizó. Sin embargo, el problema de la transportación se repite en todas las ciudades del país.
Transporte público en Cuba: una crisis generalizada
En Cuba, la movilidad por medio del transporte público es crítica y para comprobarlo solo basta ver los números de los ómnibus que actualmente circulan en la capital del país: 252 equipos según cifras oficiales, un número por debajo de la cantidad de ómnibus que permanecen parados: 309.
Así trascendió en marzo último durante un balance del Ministerio del Transporte (Mitrans), donde Yunier de la Rosa Hernández, director general de Transporte de La Habana, calificó el escenario que se vive en ese territorio de “complejo”.
En mayo, el ministro de Transporte de Cuba, Eduardo Rodríguez Dávila, reconoció el pésimo servicio que ofrece el gobierno a quienes deben trasladarse a la Isla de la Juventud. En un texto compartido en su perfil de Facebook, Rodríguez Dávila admitió que el proceso es sumamente incómodo y engorroso, desde la compra del pasaje hasta la llegada.