El expelotero Reutilio Hurtado, reconocido como uno de los mejores jardineros centrales cubanos de todos los tiempos, ha recibido su tarjeta de residencia (Green Card) en Estados Unidos, marcando un hito significativo en su nueva vida lejos de su natal Santiago de Cuba.
La noticia fue revelada por el periodista Yasel Porto, quien también compartió detalles sobre la situación actual del ahora entrenador en suelo estadounidense. “Hurtado ha residido en la ciudad de Houston desde su llegada por la frontera hace dos años. Actualmente trabaja en una academia de niños y juega en la liga independiente citadina”, escribió Porto en su página en Facebook.
Un legado en el béisbol cubano
Porto recordó que el guardabosque formó parte de las dos versiones de la famosa “aplanadora santiaguera”, un epíteto para aquellos equipos casi invencibles dirigidos por el fallecido manager Higinio Vélez. Dueño del número 52, el hermano del exboxeador profesional Diosbelys Hurtado acumuló 21 Series Nacionales, con una línea ofensiva de .289 average/.400 OBP/890 OPS, según las estadísticas de la página oficial del béisbol cubano.
Otras cifras destacadas incluyen más de mil anotadas (1,059) y empujadas (1,083), así como 252 cuadrangulares, siendo el cuarto santiaguero con más vuelacercas, solo por detrás de los tres más grandes bateadores que ha dado esa tierra oriental: Orestes Kindelán, Antonio Pacheco y Gabriel Pierre.
Una carrera marcada por la política
En una entrevista exclusiva a CiberCuba en 2021, Hurtado comentó: “Los directivos de aquella época nunca me separaron de mi hermano. Te hablo del entonces presidente del INDER, Humberto Rodríguez, el comisionado nacional Carlos Rodríguez, el director técnico Benito Camacho (con anterioridad Miguel Valdés), Higinio Vélez, mentor de Santiago de Cuba, en paz descanse”.
Relató que Vélez le dijo que “llevarme al (equipo) Cuba era amanecer yo con mi hermano en Miami. Todos me mencionaban como posible desertor”.
Privado de grandes eventos
En el diálogo con nuestro medio, recordó: “Fui privado de participar, al menos, en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Maracaibo 98, el Mundial de Italia de ese mismo año, los Panamericanos de Winnipeg 99, los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, el Mundial de Taipei de China 2001 y por ahí, cualquier gran evento pasando por los Olímpicos de Atenas 2004 hasta el primer Clásico Mundial del 2006.
“Esos fueron años en los que mi rendimiento estuvo muy por encima de los demás jardineros centrales de toda la isla. Por supuesto que me sentí mal, muy mal, a tal punto que me pasaba por la mente en ocasiones abandonar el béisbol, pero gracias a mi familia que siempre me apoyaba, no lo hice”, manifestó.
En su biografía aparecen seis títulos nacionales y dos Copas Revolución; sin embargo, están ausentes medallas olímpicas y mundiales, a pesar de haber mostrado el talento suficiente para integrar varios equipos Cuba.