Rafael Fernández, un defensor de la pesca submarina responsable en Cuba, falleció mientras practicaba este riesgoso deporte en los mares adyacentes a Playa Baracoa.
El periodista Michel Hernández le dedicó una emotiva publicación en Facebook donde reseña que Fernández falleció mientras practicaba pesca submarina en solitario, y su cuerpo fue encontrado por una pareja de pescadores el pasado 23 de mayo a la orilla de Playa Baracoa.
"Tenía 42 años y había muerto en un completo desafío. El mismo desafío con que enfrentó la vida y también la muerte. El día antes alguien lo vio entrar al mar, pero no lo vieron regresar. Hace 6 o 7 años este joven cubano, graduado de física en La Universidad de La Habana, quien vivía entre Cuba y Canadá, había encontrado en el mar su realización, su espacio íntimo de paz", relató Hernández, quien era su amigo y asistió al funeral.
Cuenta que el joven salía a pescar y bajaba en apnea unos 30 o 35 metros, lo cual es considerada "una distancia de respeto"; y que “Rafa”, como le decían sus allegados, desafió una de las premisas de la pesca: "No irse solo al mar".
Afirma que Rafa era un amante del mundo submarino y logró mostrar a sus amigos las bellezas del mar, "no la simpleza de los arrecifes o la ola embravecida", sino "una inmensidad que ellos desconocían".
Rafa era conocido por ser un pescador responsable, no un depredador, y respetaba su premisa de solo pescar un pez en cada ocasión.
"Él tenía una premisa. No era uno de esos pescadores que salen con un ánimo depredador. En las profundidades buscaba el pez adecuado y de no encontrarlo se iba con las manos vacías. Para él era ese pez o nada", dijo Hernández.
La familia de Fernández depositó sus cenizas en el mar de Playa Baracoa el pasado 27 de mayo, en una ceremonia a la que asistieron sus amigos. El fotógrafo submarino Marcos Louit Ramos también rindió homenaje a Rafa con una imagen que fue utilizada en la primera convocatoria al taller sobre Pesca Recreativa del Centro de Investigaciones Pesqueras (CIP); y llamó a sus colegas a respetar la frase con la que terminaban cada clase: "NUNCA PESQUEN SOLOS". Relató que el mar los hermanó y también su trabajo para unir a biólogos y pescadores en proyectos de pesca responsable con el cuidado de los ecosistemas marinos.
El pasado mes de febrero también falleció un cubano residente en la Isla de la Juventud mientras hacía pesca submarina en aguas de su territorio, según confirmó en redes sociales su hermano.
El joven, identificado como Joaquín Carmona Vázquez, murió ahogado después de que intentara pescar un mero Guasa -también conocido como mero gigante- que lo arrastró hacia un ojo de agua, desde donde el pescador no pudo volver a salir a la superficie.