Quienes me conocen bien saben de mi eterna amistad con la excorredora Ana Fidelia Quirós. A lo largo de mi carrera, me he caracterizado por estrechar lazos de amistad con los deportistas cubanos, pero con Fidelia siempre hubo algo especial. La nacida en Palma Soriano, en Santiago de Cuba, ha sido una de mis entrevistadas más frecuentes, y hoy no ha sido la excepción.
¿Qué haces, Fide? ¿Dónde estás?
Sabes que estoy jubilada, pero mi familia sigue siendo la del atletismo cubano. Colaboro en todo lo que puedo con nuestra Federación. Personalmente, estoy casada con el padre de mis hijos, Ricardo Rolle, un italiano emprendedor con el cual tengo una relación desde hace 26 años.
Gracias a Dios, encontré un hombre magnífico con quien he consolidado una familia. Mi primera hija, Carla Fidelia, nació el día de la Caridad del Cobre, la Patrona de Cuba. Estudió ballet clásico y fue bailarina del Ballet Nacional de Cuba. Actualmente, está en una escuela de actuación en España; tiene 24 años, estudia y trabaja. El más pequeño, Alberto, tiene 23 años, estudió técnico medio en contabilidad y ahora estudia administración de empresas. Aunque le gusta el deporte y ha hecho cursos como preparador físico, actualmente vive con su padre en Italia.
Julita, mis dos hijos, a los que viste nacer en el hospital Sagrado Corazón del Vedado, son mis dos medallas de oro olímpicas. ¿Quieres mejores medallas?
Recuerdo todo, amiga, incluso cuando conociste a Ricardo y se enamoraron perdidamente. Jajaja, ¿qué se te va a olvidar a ti? Conocí a mi esposo en 1997 en ExpoCuba, durante la Feria Comercial Internacional que se celebra en noviembre. Los atletas cubanos representábamos a Adidas y estábamos en el estand haciéndole publicidad a dicha marca. Él pasó y me pidió un autógrafo, me invitó a tomar un café y a conversar. Así comenzamos a conocernos y llevamos 26 años juntos.
Vamos a desandar tu vida porque nunca podemos olvidar nuestros inicios. Mis inicios se remontan a octubre de 1974 en mi natal Palma Soriano. Comencé como todos los niños, en el cuatrilón: lanzamiento de la pelota de béisbol, salto de altura, salto de longitud y los 60 metros planos.
Yo estuve allí y tuve el placer de hablar con Juanchi, que según me contó, tú eras una niña superactiva, revoltosa.
Jajaja. Juan Heredia Salazar, sí, Juanchi. Yo acababa, Julita, la verdad. Atesoro lindos recuerdos de aquella época. De allí salí con una muy buena base que me sirvió en mi vida y no solo deportiva.
¿Cómo echas a andar?
En 1975 tengo la posibilidad de representar a Cuba en un evento internacional en Hungría, donde fui la única cubana en subir al podio. Eso me sirvió para matricular en la EIDE santiaguera Capitán Orestes Acosta, bajo la tutela de Eusiquio Sarior. Por mis resultados, pasé a la ESPA nacional en La Habana.
¿Entrenadores que han repercutido en ti antes de Blas y Leandro?
Transité por muchos eventos y profesores, cada uno trató de explotar mi potencial, la velocidad. Uno de ellos fue Rodobaldo Díaz Lambarri, ex corredor de 400 metros; otro, el gran Irolán Echevarría, pues también corría 100 metros. Decidieron cambiarme de especialidad hasta que llegó un hombre que fue un padre, el maestro Blas Beato Borges. Estuve casi 15 años bajo su tutela. Con él tuve mis mejores resultados: 1.54, 44 en 800 metros; 49.61 en 400 metros. Gané cinco veces consecutivas el Grand Prix en las dos distancias, 400 y 800 metros, según el año competitivo.
Su transitar por las pistas del planeta entre 1987 y 1991 me sitúa en la cima del campo y pista universal: 39 carreras consecutivas sin perder me llevaron a ser elegida como la mejor atleta del mundo según la IAFF en 1989. Todo gracias a Blas. A él le debo no solo mi formación como atleta sino como persona.
¿Qué pasó en Barcelona 92?
Un mes antes de los Juegos Olímpicos, perdí a mi querido Blas. Él había arrastrado su enfermedad todo ese año, algo que por supuesto me afectó; incluso, estuve lesionada. Llegué a la Ciudad Condal sin estar al 100% de mis posibilidades. Me afectó mucho su ausencia. Aunque nunca estuve feliz, me quedé bien conmigo misma al poder subir al tercer lugar del podio con un buen tiempo de 1:56.80.
¿Qué sucedió tras tu accidente en 1993?
Un 38% de mi cuerpo quedó afectado por quemaduras de segundo y tercer grado; parecía imposible regresar al deporte. Incluso, mi vida estuvo en peligro. Nunca dudé, tenía pensamientos positivos sobre mi recuperación. La disciplina que me había inculcado Blas, mi fe, perseverancia y voluntad hicieron el milagro. Volví a las pistas y no solo volví, sino que gané.
¿Cómo fue tu regreso a las competiciones?
En 1995, después de un año de operaciones reconstructivas y cuando nadie contaba conmigo, exigí competir en Europa. El 25 de julio de 1995, corrí en el mitin de Montecarlo y fui superada cerradamente por María de Lourdes Mutola. Mi tiempo, por debajo del 1:57.50, me dio el boleto al Mundial de Gotemburgo, donde gané mi primer título mundial con 1:56.11. Fue mi resurgir cual Ave Fénix.
Entre uno y otro Mundial se desarrollaron los Juegos Olímpicos de Atlanta en 1996. Llegué en forma óptima, pero tácticamente las cosas no salieron como lo habíamos planificado. Me equivoqué y tuve que conformarme con la plata. Cuando me vi en los últimos 120 metros en quinta posición, me tuve que abrir casi por el carril número 3 para poder alcanzar la medalla.
Ana Fidelia Quirós ha sido la máxima ganadora de medallas de oro en Juegos Centroamericanos y del Caribe. Fui a los Centroamericanos y del Caribe de 1998 en Maracaibo porque quería retirarme con otro cetro, pero no pudo ser; estuve enferma y no resultó. Ahí dije adiós a la alta competición.
Es muy lamentable la situación actual del presidente de la Federación Cubana de Atletismo, Alberto Juantorena. María Caridad Colón se ha hecho cargo por la enfermedad de Alberto. Todos lamentamos mucho el precario estado de salud del bicampeón olímpico.
¿Qué opino del atletismo actual? Creo que el talento está, pero el deporte cubano atraviesa por momentos difíciles por carencias disímiles. No hay implementos deportivos, no hay recuperantes para los atletas, no hay bases para los entrenamientos, no hay financiamientos. Pero más allá de esas deficiencias, no veo a los deportistas de estos tiempos con la misma garra, con la misma disciplina ni con esa entereza que teníamos los atletas de mi tiempo. Los de hoy anteponen otras cosas que son importantes, pero también debes saber que si te estás sacrificando para alcanzar un resultado, no puedes tirarlo todo a la deriva.
Preguntas frecuentes sobre Ana Fidelia Quirós y su carrera
En esta sección, respondemos algunas preguntas comunes sobre la vida y carrera de la excorredora Ana Fidelia Quirós, una de las atletas más emblemáticas de Cuba.
¿Quién fue el entrenador más influyente en la carrera de Ana Fidelia Quirós?
El entrenador más influyente en la carrera de Ana Fidelia Quirós fue Blas Beato Borges, quien estuvo a su lado durante casi 15 años y con quien logró sus mejores resultados.
¿Cómo afectó el accidente de 1993 a la carrera de Ana Fidelia Quirós?
El accidente de 1993 afectó gravemente a Ana Fidelia Quirós, ya que un 38% de su cuerpo sufrió quemaduras de segundo y tercer grado. Sin embargo, su disciplina, fe y voluntad le permitieron regresar a las pistas y seguir compitiendo al más alto nivel.
¿Qué logros obtuvo Ana Fidelia Quirós después de su regreso al atletismo?
Después de su regreso al atletismo, Ana Fidelia Quirós ganó su primer título mundial en Gotemburgo en 1995 y volvió a triunfar en el Mundial de Atenas en 1997, consolidándose como una de las mejores corredoras del mundo.